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I) El Banco Inmobiliario: Primeros pasos

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Por Edgardo Oscar Tosi

Recopilado del libro Villa Devoto 1889-1916. Tomo I, de su autoría.

       El nombre de Banco Inmobiliario, en concordancia a la época, definía el ámbito y la metodología convenientes para integrarse al mercado “especulativo” de tierras. Hoy lo definiríamos como banco de inversión. Su constitución se producirá el 16 de abril de 1888, (1) quedando formado su directorio con los siguientes miembros: presidente: Antonio Devoto, vicepresidente: Ernesto Quesada, tesorero: Esteban Badaracco, vocales: Manuel S. Aguirre, Isaac M. Chavarría, Juan Eduardo Clark, Eduardo Coll, Vicente  L. Casares y Luis A. Huergo. Siendo gerente Esteban Dellacha. (2) 

       El superior estándar de sus integrantes hace suponen intenciones que iban más allá de la sola fundación de un pueblo.  Desde  la visión unificadora de la generación del ochenta aspiraban a  provocar una amplia política de desarrollo urbano, aprovechando las posibilidades que creían se abrían al país. 

      Estudiando la nómina del directorio verificaremos el entrecruzamiento de diferentes componentes sociales y económicos, que a su vez estaban allegados a los más altos niveles del poder político.  

      Antonio Devoto, Esteban Badaracco y Esteban Dellacha conforman dentro del directorio el componente de origen italiano, con poder económico creciente e indiscutible influencia dentro del ámbito municipal.  Aun cuando no surgen de un único grupo empresario, ocupan tres de los cargos fundamentales y marcan cierto predominio italiano en la estructura.  

       Quienes los acompañan son personalidades destacadas con relaciones políticas y económicas interesantes. Ernesto Quesada, Isaac M. Chavarría, Manuel S. Aguirre y Vicente L. Casares, tienen como distintivo común su participación en los niveles más elevados de la política del país.  Podríamos definirlos como hombres del Autonomismo. Juan E. Clark y Luis A. Huergo eran, respectivamente, primer concesionario y proyectista de la línea ferroviaria que había llegado a ser el F. C. de Buenos Aires al Pacífico, inaugurado en su tramo Buenos Aires a Mercedes San Luis en marzo de aquel año de 1888.  

     Antonio Devoto era desde 1882 presidente del directorio del Banco de Italia y Río de la Plata, cargo que desempeñará durante 34 años hasta el día de su muerte.  Motorizaba además, secundado por su hermano Bartolomé, una arraigada casa comercial de importación  y  exportación.  Participaba  en  el  comercio  naviero,  en  donde  también actuaba, aunque en otro aspecto, la familia Badaracco, propietaria de un importante astillero instalado sobre ambas márgenes del Riachuelo aguas arriba de la vuelta de Rocha.   

    También era Devoto uno de los más fuertes empresarios de la construcción, (3) actividad que lo conectaba a un buen número de sus  “paisanos” quienes llegaban a considerarlo gracias a sus logros económicos; un líder para los de alto nivel y un ejemplo de triunfador para los que estaban buscando «fare l’América».      

     Su contrato más importante lo había firmado en 1883, cuatro años y medio antes de la  formación del  Banco Inmobiliario, con el estado nacional, por siete millones de pesos oro. Se comprometía en éste a realizar las obras de distribución de agua potable para la ciudad de Buenos Aires cuyos resultados económicos, de acuerdo a publicaciones de la época finalizarían con quebrante para Antonio Devoto. 

      Surge allí un detalle sugestivo de esas interrelaciones de poder e influencias. Isaac M. Chavarría había sido presidente para 1883 de la Comisión de las Obras de Salubridad, repartición que dirigía aquellos trabajos, siendo Manuel S. Aguirre su sucesor. Realizándose el acuerdo final entre estado nacional y contratista en aquel 1888. 

     Era Isaac M. Chavarría hombre del riñón del poder, compañero de escuela en Concepción del Uruguay del presidente Roca, había desarrollado ya para 1888 una importante carrera política, en la que sobresalía su diputación nacional por el pueblo de Mendoza y participación en el Tribunal Superior de Justicia. Había actuado junto al gobernador de Mendoza en momentos en que Juan Clark y Luis Huergo desplegaban sus intereses por la concesión ferroviaria, hecho que debió relacionarlos. Varios años después a fines del siglo, será Chavarría responsable del arreglo entre la Naciión y el Ferrocarril Trasandino en ese tiempo aun propiedad de Clark.  

    Durante la primera presidencia de su amigo el general Roca, había presidido Chavarría la cámara de diputados y actuado posteriormente como su ministro del Interior. 

    Juan Eduardo Clark, chileno de origen británico, emparentado con la familia Sarmiento, concesionario inicial de la traza del ya inaugurado F.C. de Buenos Aires al Pacífico, había sido el responsable de la obtención de las tierras necesarias para la construcción de la línea.  Será comprador de distintos tramos del ferrocarril Andino propiedad de la Nación, que transferirá casi inmediatamente al F.C.B.A.P.    El 6 de febrero de 1888 adquirirá junto a Carlos H. Lawdford el tramo Villa Mercedes a Villa María en $ 7.395.000  (4) Había iniciado su actividad en la década de. ‘70, junto siempre a su hermano Marcos, con el tendido de líneas telegráficas entre Chile y nuestro país, siendo además concesionario ferroviario en la provincia de Entre Ríos. Su fortuna tendrá un fuerte quebranto ante la crisis del ‘90 que no logrará superar completamente, aun cuando luego de esta fecha figura como propietario del Ferrocarril Trasandino que pasará luego a manos de Gran Oeste bajo dominio del Buenos Aires al Pacífico. (5)  

     Luis A. Huego, mano derecha de Juan Clark en la primera concesión, ostentaba junto al titulo de primer ingeniero argentino, el de ser una de las mentes técnicas más claras de nuestro país, llegando a ser el primer presidente de la Sociedad Científica Argentina.  

Pertenecía entre otras sociedades anónimas de la época al directorio de Villalonga S.A. empresa ocupada en el alquiler de tren rodante a las empresas ferroviarias, principalmente vagones comedor y de carga, entre ellas el F.C.B.A.P (6) Proyectista del puerto de la Boca, había sido su director hasta comienzos del 1888,(7) siendo sobre éste que estaban montados los intereses tranviarios de Quesada Hermanos.  

       Era Ernesto Quesada, como ya dijimos, vicepresidente del Banco. Hijo de Vicente G. Quesada, embajador argentino en  Washington y México. Era en esos momentos un hombre joven de buena posición económica.  Había participado junto a su padre en la actividad periodística, primero en la provincia de  Entre Ríos y desde 1881 hasta 1885 en la publicación de la «Revista de Buenos Aires», a lo que se agregaba su tarea diplomática hasta 1880.  Conocedor de la actividad inmobiliaria integraba antes de 1888 la «Sociedad de Fomento» que llevaba adelante la formación de los pueblos de Bella Vista y San  Miguel donde era propietario de 450 hectáreas. En ese mismo año, además de ser concejal de la ciudad de Buenos Aires, lo será en el partido recién fundado de General Sarmiento. (8) Su participación en el directorio del Banco Inmobiliario estaba relacionado con la Compañía Metropolitana de Tramways del Puerto de Buenos Aires de la cual era presidente, siendo Eduardo Coll tesorero y vocal Eduardo Badaracco. Esta compañía tenía igual domicilio que el inicial del Banco (Cangallo 453).  

      La relación de estos tres individuos con el Banco Inmobiliario debió ser institucional ya que la desaparición de los tres en el directorio se produciría en forma simultánea. 

    Algunos años después ocupará el cargo de intendente del partido de General Sarmiento entre el 1 de enero de 1893 hasta el 12 de agosto del mimo año, cuando hacía tiempo no pertenecía al directorio del banco. Llegará a ser, el Dr. Quesada, dentro de otro ámbito de actividades, uno de los mas conocidos historiadores de su época y titular de la cátedra de sociología de la   Facultad de Filosofía y Letras de la  Universidad de Buenos Aires, participando de las ideas de Ingenieros y Piñero sobre psicología experimental. Formaba parte de lo que se dio en llamar la generación del 96, a la que pertenecieron entre otros Carlos Octavio Bunge, Juan Agustín  García, Juan Bautista Ambrossetti, y Pablo Pizurno.  Desde la cátedra estudió a Carlos Marx y su “profundo libro Das  Kapital”, dejando claro que sin adherir a su teoría colectivista hacía suyo el cuestionamiento del mundo, ya no capitalista sino capitalista liberal, “llamado a aunar las fuerzas del socialismo y el catolicismo.” Tema que seguirá acentuándose en 1907 en sus clases de Economía Política que dictara en la Universidad de La Plata. (9) 

    Vicente Luis Casares al igual que Manuel S. Aguirre, (10) eran factores del poder económico y del manejo financiero del país.  El primero, en ese 1888, fundaba la empresa láctea “La Martona”, de perdurable trayectoria y luego en 1890 será designado presidente del Banco Nacional, motivo por el cual suponemos se alejaría del Banco Inmobiliario. Continuará en ese cargo, en el Banco de la Nación Argentina al constituirse esta institución por disolución de la anterior.  Estaba casado con Herminia Lynch.  Su actividad política posterior será intensa. Muy amigo de Carlos Pellegrini, será propuesto por éste como vicepresidente del Gral. Roca en su segunda presidencia, militando en el Partido Autonomista Nacional, que llegará a presidirlo en 1908. En 1898 será presidente del  Jockey Club. 

      Manuel Aguirre de una tradicional familia, ocupada desde los primeros años de vida del país en la actividad financiera, quedó referenciado cuando dijimos que había sido presidente de la Comisión de Obras de Salubridad luego de Chavarría y presidente del directorio del Banco de la Nación para fines del siglo. Debió tener, desde antes de 1895, una relación de carácter personal con Antonio Devoto dado que  participaba como testigo de su parte en el juicio Devoto Viale, en el que  reconocía la letra de Rosa Viale de Devoto.   

     Eduardo M. Coll, de origen catalán, era miembro al igual que Esteban Badaraco, además de la empresa tranviaria de los Quesada, de La Buenos Aires Compañía de Seguros, Incendios, Fluviales y Marítimos, en cuyo domicilio se constituyera el Banco Inmobiliario según lo informa Osvaldo Córdoba en su libro sobre Juan A. Buschiazzo.(11) Esa Compañía de Seguros estaba presidida por Emilio Casares, formando parte de su junta inspectora Vicente L. Casares, su gerente Coll y el segundo vocal Badaraco.      

     En 1896, aparecía Coll propiciando la formación de una Bolsa de Frutos del País que se relacionaba con el puerto del Riachuelo.      

    De su mismo apellido, sin poder confirmar parentesco, encontramos dentro del emprendimiento Bella Vista San Migue, al Ing. Ventura G. Coll. (12) Este que participaba junto a Chaperrouge en el proyecto de aquel pueblo ocupó el cargo de intendente de Gral. Sarmiento luego de Quesada, donde le cupo destacada actuación. Chaperrouge proyectó muchos pueblos de la república donde aparece el diseño que se originara en la remodelación de Paris y que Bennoit recreara en la Plata, poniéndolo de moda desde ese momento. Llegó a tener estrecha relación con Antonio Devoto, diseñando pueblos en La Pampa y disponiendo de oficinas en dependencias de éste.  

     Este intertrabado de relaciones personales, que hemos bosquejado hasta aquí, permiten comprender que debían funcionaban como conjunto y que dispondrían de múltiples posibilidades de maniobra en un futuro, frente a posibles malestares económicos que no podía desecharse fueran a producirse.    

      El 11 de junio ingresaba como asesor de la institución el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo. Llegaba éste acompañado de un incuestionable prestigio, luego de actuar como ingeniero jefe comunal dentro del gobierno del primer intendente del Municipio de la Capital, don Torcuato de Alvear. Había sido responsable en muchas oportunidades de plasmar la reformulación urbanística de la ciudad encarada por este intendente, con proyectos de parques, plazas, hospitales y cementerios. Su broche de oro era la apertura de la Avda. de Mayo (en aquel momento fuertemente resistida), la no menos visionaria Avda. Norte a Sud, origen de la Avda. 9 de julio, realizada mucho tiempo después y de la Avenida de Circunvalación de la Ciudad de Buenos Aires. (13) Además de su participación en importantes obras y diseños en la ciudad de la Plata.

      El banco, reforzaba así su solvencia económico financiera, con una firme apoyatura técnica, que en el caso de Buschiazzo estaba acompañada de una relación estrecha con la actividad municipal. 

      Se ingresaba perfectamente estructurado a un medio cuya expansión había dado en los últimos años resultados  sorprendentemente positivos.  (14)       

      La Plaza mostraba ciertos síntomas adversos, que parecían no haber sido comprendidos por sus miembros o que por el contrario pensaban aprovechar a su favor. A la vista de los sucesos posteriores esta última alternativa podría no se descabellada. 

      La posibilidad surge por los informes anuales del Banco de Italia que son fuertemente optimistas, cuando sabemos uno de sus directores, ya tiempo antes, esperaba esa crisis que hoy vemos era inminente. (15) 

      Los primeros pasos del Banco Inmobiliario se iniciarán sobre la calle Godoy Cruz frente a la vieja estación Palermo del F. C. Pacífico según lo prescribía su propio estatuto. Tomaba como referencia a la «Ciudad de Obreros» que la empresa Moreno, Marconi y Cía. fundara en diciembre de 1885 sobre la calle Serrano en un acto donde había actuado la banda del regimiento 1º de Artillería y del que había participado el Intendente  Alvear.  El nombre de éste  «infatigable apóstol de la higiene» según un comentarista de la época, será el que llevaría el nuevo barrio.  Villa Alvear se fué perdiendo con los años, y paso a reconoce como «Palermo Viejo» y hoy  Palermo Hollywood. (16)  

       Para 1888 a diferencia de 3 años antes, cuando esta “ciudad” nacía sin haber podido prosperar, la existencia de la estación terminal ferroviaria a pocos cientos de metros de la plaza central de Honduras y Serrano, permitía augurar un mayor desarrollo a la  zona. No habría sido esta una urbanización integral sino que aprovechaba lo existente.   La totalidad del «barrio» se distribuía en 110 manzanas entre Córdoba, Godoy Cruz y Scalabrini Ortiz (Ministro Ingles) que ya se encontraba muy fraccionada y donde el banco debía disponer de un número importante de terrenos. 

    El 23 de noviembre Buschiazzo presentaba al directorio su proyecto para Villa Alvear. (17) Suponemos que buscó integrar la zona con el nuevo ferrocarril. Se construye sobre la calle Godoy Cruz un edificio, frente a la vieja estación Palermo del F. C. Pacífico, entre Güemes y presidente Perón (Charcas), que ocupaba la totalidad de la cuadra. Perduraban aun inalteradas ya centenarias para 1999, varias de aquellas viviendas bajo los números 2.547/49/51/53/57, que fueron demolidas, quedando aun una de sus esquinas con ciertas modificaciones.  

    La erección de otras construcciones en lugares próximos, definidas en la época como para obreros o económicas, permite suponer se mantenían las inquietudes de la empresa Moreno, Marconi y Cia.. Estaban destinadas a atraer grupos de obreros inmigrantes quienes,  aunque definitivamente establecidos en el país,  estaban  aun concentrados precariamente a pocas cuadras de la plaza de Mayo en insalubres conventillos. El impulso tomado por el tranvía desde la década anterior, permitía a estos grupos, realmente marginados de la preocupación oficial, buscar zonas más alejadas donde obtener vivienda propia y decente. (18)  La llegada de este medio de transporte a Plaza Italia y su paso hacia Belgrano, sobre todo luego de la aparición de la tracción eléctrica, será la real movilizadora de la zona y no su proximidad con la estación Palermo, que si pudo desempeñar un papel este fue secundario. 

    Los trabajos en el edificio de Godoy Cruz se iniciarán en diciembre de 1888 con el tendido de un desvío ferroviario que facilitará el acceso de los materiales a la obra.  (19)    El banco simultáneamente a este planteo llevaba adelante tratativas para la compra de una  propiedad  de  buena  superficie  que  permitiera  realizar  un  emprendimiento  de  mayor envergadura. Se aceptaba el ofrecimiento de ciertos intermediarios relacionados a una importante fracción de tierra sobre la misma línea del F. C. Pacífico, cuyos herederos  radicados en España, acababan de legalizar su situación de propietarios encontrándose en el país con intención de vender. La extensión de casi 500 hectáreas se ubicaba a 10 km de la estación Palermo, donde recién comenzaban las obras de Villa Alvear. (20)             

        El paraje se extendía a medio camino entre esta estación y la de Caseros, primera en el tramo a Mercedes (Prov. de Buenos Aires) último realizado de esta línea, que acababa de inaugurarse el 25 de marzo de 1888. 

      La creación de un nuevo pueblo, debió estar concebido desde el mismo momento de la formación del Banco, pero su concreción necesitó sin duda de la presencia de la línea férrea  Es innegable el nexo de Clark con el ferrocarril y la necesidad que sobre ella se estableciera una estación para servir a la futura población. Estación que en definitiva necesitó para su autorización que naciera Villa Devoto.


NOTAS de «El Banco Inmobiliario: Primeros pasos.» 

(1) Córdoba, Alberto Osvaldo. «Juan A.Buschiazzo arquitecto y urbanísta de Buenos Aires». Colección Grandes Italo Argentinos- Asociación Dante Aleghieri– Tomo 8. pág. 19: «El banco Inmobiliario había quedado constituido el 16 de abril de 1888, como continuador del la Constructora de Palermo y bajo la presidencia de don Antonio Devoto, realizó sus primeras reuniones en la sede de la Compañía [de Seguros] la Buenos Aires»  

(2) Estatutos de la Inmobiliaria folio 271 vuelta Protocolo 1894. Registro 51. 

(3) Tosi, Edgardo. Historia de Villa Devoto 1889-1916. Capítulos X y XI. 

(4) La Prensa 6 de febrero 1888  

(5) Comandi, Luis Enrique. O. C, pág. 64 

(6) Diario La Nación del 23 de marzo de 1888. Al informar de la apertura de la línea consigna que Villalonga S. A. arrienda al ferrocarril Pacífico 225 vagones de carga, 10 de encomienda,6 coches dormitorioyalgunos vagones frigoríficos, 

(7) Comandi, Luis Enrique. O. C, pág. 64 

(8) Munzón , Eduardo I.- «Historia del partido de general Sarmiento «Contribución a la historia de la provincia de Buenos Aires» Tomo XXII – pág.253.260  

(9)Tarcus, Horacio. Marx en la Argentina. Sus primeroslectoresobreros,intelectuales y científicos. Edición Siglo XXI. Argentina 22007. Pág. 476.  

(10) Manuel S. Aguirre, mantendría estrecha relación personal con Antonio Devoto, ya que figura como testigo de su parte en un juicio sobre temas familiares llevado a cabo a fines del siglo. 

(11) Munzón , Eduardo I.- «Historia del partido de general Sarmiento «Contribución a la historia de la provincia de Buenos Aires» Tomo XXII – pág.. 257, 260.  

(12) Córdoba, Alberto Osvaldo. «Juan A.Buschiazzo arquitecto y urbanísta de Buenos Aires». Colección Grandes Italo Argentinos- Asociación Dante Aleghieri– Tomo 8. pág. 19  

(13) Córdoba, Alberto Osvaldo. «Juan A.Buschiazzo arquitecto y urbanísta de Buenos Aires». Colección Grandes Italo Argentinos- Asociación Dante Aleghieri– Tomo 8. pág. 19  

(14) Herz, Enrique G., O.C. pág. 71. 

(15) El informe del Banco de Italia y Río de la Plata sobre la situación del país para 1889 y 1890 es positiva mientras que desde 1872 ha sido sistemáticamente negativa. Esta opinión oficial no sería compartida en el plano  personal por miembros del directorio. Existe una carta en el archivo del Tte. Gral don Bartolomé Mitre [E.76.13.15525] de Luis B. Tamini, director de ese Banco sellada en George’s Club Hanover Square Londres de octubre 8 de 1887 que dice « Mi estimado general. :…… Mi pobre ocular, tal vez demasiado sombrío en este momento, solo me muestra un gran desastre para nuestro país de termino de la situación en que se desgrana actualmente. Parte de la visual de esa fiebre del oro que estremece al presente a la República, que también conoció Francia desde el día en que Guizol dirigiéndose a la burguesía exclamaba «Enriqueseos». Esta fiebre, ruina de las instituciones engendró a Napoleón III o sea a un cesarismo muy parecido al nuestro, el que todos ven que reposa sobre una sola cabeza. Como parece que la moral cristiana prohibe hacer votos por la desaparición de un hombre aunque se llame el Cesar, es de esperar que la Providencia proteja a la Nación Argentina o bien que lo imprevisto venga a salvarla». 

 (16) Rodovanovic, Elisa y Busso, Alicia. «La vivienda obrera en Buenos Aires en la década de 1880». Primeras Jornadas de la Historia de Ciudad de Buenos Aires. pág. 117.  

(17) Córdoba, Alberto Osvaldo. «Juan A.Buschiazzo arquitecto y urbanísta de Buenos Aires». Colección Grandes Italo Argentinos- Asociación Dante Ale-ghieri Tomo 8. pág. 20.  

(18) James R. Scobie. Buenos Aires. Del centro a los barrios 1870-1910 Solarr/Hachette 1977 Pág. 205 y siguientes. 

 (19) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires Obras Públicas. Año 1888, Legajo Nº 115 Expediente del 1 de julio de 1888.  

(20) Córdoba, Alberto Osvaldo. «Juan A. Buschiazzo arquitecto y urbanista de Buenos Aires». Colección Grandes Italo Argentinos – Asociación Dante Aleghieri Tomo 8. pág. 21. 

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