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Escuela Nº 7 D.E. 16 “Gral. Máximo de Zamudio” “La Banderita” – Su historia y sus protagonistas – Tercera parte

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(Artículo publicado en Revista ‘Devoto Historia’ N° 17 – Invierno 2009)

Por Alicia Jurevich y Lorena Garcia

En la segunda parte de esta investigación recorrimos los primeros pasos de la escuela en su actual edificio de la calle José Cubas, la fundación de la primera Asociación Cooperadora y los recuerdos del Padre Nores por sus aulas.  Acompañamos en esta oportunidad los talones de asistencia a sus charlas que debían presentarse posteriormente para la toma de la comunión en la Iglesia de la Inmaculada.

Hacia 1930 se produce una marcada participación y organización del movimiento de cooperadores en colaboración con el tema educativo, se forma una Asociacion Vecinal Pro fomento Escolar del Distrito 17 y la Federación de Cooperadoras Escolares.  Estos acontecimientos conllevan a la fundación de la Asociación Cooperadora.  Para esos momentos comienzan a reglamentarse los estatutos delimitando funciones de colaboración junto a la escuela en la tarea educativa dando garantía de ese modo a las condiciones de igualdad a los alumnos desfavorecidos a la vez que bregaban por un educación en valores donde la solidaridad era su pilar básico.

En la documentación analizada surge claramente la siguiente declaración: …” Solicitamos una reglamentacion inspirada en ideales de nacionalismo más definido, que fije con precisión la función de las Cooperadoras Escolares, para que así puedan desempeñar su cometido facilitando a la Escuela Argentina la obra grandiosa de formar las futuras generaciones con todas las virtudes de nuestros antepasados porque ellas suman el anhelo de todas las escuelas y son la esencia de los más ponderables sentimientos de humanidad, de respeto a la justicia y de amor a la verdad” … “Interesamos al niño para que preste su concurso a la Cooperadora en la seguridad de que lo inducimos a que practique una obra buena”.  En los mismos balances cotejamos la compra de : “84 tricotas y pull overs de lana, 50 pares de medias, 75 pares de zapatos, 49 delantales” junto con la compra de pancitos diarios, material didáctico, y libros.  De acuerdo a los testimonios recabados de ex alumnos para estos años ´30 los padres todavía no comprendían la función de la cooperadora y costó en un principio que realizaran el pago de la cuota social pero los hechos fueron mostrando el camino de claro apoyo directo al fomento de la educación y a la vez  el rol social en apoyo de los alumnos más necesitados. Téngase en cuenta que para esa época la institución contaba con una matrícula promedio que rondaba los 270/300 alumnos (llegando algunos años a superar los 500 alumnos). La escuela estaba organizada en dos y hasta tres turnos y que los niños varones cursaban sólo hasta 3er grado .  Las niñas continuaban su recorrido escolar hasta 6to grado cuando se terminaron de habilitar todos los grados , hecho que fue concretándose en forma paulatina.

Las Bodas de Plata de la escuela se festejaron en 1939; en esos momentos se funda la Asociación Ex – alumnos “Pro Patria” que junto a la Asociación Cooperadora y al personal directivo y docente son los organizadores de los festejos.  En esa oportunidad participó la Sra Argimira de Varela -ex directora fundadora- que acompañará hasta su fallecimiento, todos los cambios que siguieron en su querida escuela (hasta 1965 de acuerdo a documentación hallada realizó donaciones y participaba de los actos escolares). Los festejos comenzaron el 14 de mayo con una misa en la Iglesia de San Antonio y el 20 de mayo se continuaron en la escuela junto a autoridades escolares, eclesiásticas y organizaciones culturales, deportivas y sociales y a un grupo destacado de ex alumnos.  En esa oportunidad se descubrió una placa con motivo de la celebración que se encuentra al día de hoy en el hall de acceso y forma parte de la memoria permanente de quienes precedieron esta historia.

Para esta década del ’30 se operan en el barrio algunos cambios en sus costumbres al desarrollarse una gran cantidad de negocios que hicieron del barrio un lugar con gran intercambio social.  Los bailes que se daban en los clubes sociales con grandes orquestas invitadas y los bailes de carnaval marcaron hitos que nadie pudo olvidar.  Se inaugura el Hospital Zubizarreta,  la calesita que hoy se encuentra en la Plaza Arenales comienza a funcionar  en Chivilcoy esquina Nueva York y también comienzan las obras de lo que sería a partir de 1941 la Av. Gral Paz, que hasta ese momento se había llamado “de la circunvalación”.

Encontramos un registro de 1933 de una biblioteca del aula con 400 títulos y una biblioteca del maestro con 500 libros catalogados. Algunos ex alumnos consultados sin embargo no tienen recuerdos de estas bibliotecas.
Los participantes destacaron junto al recuerdo de sus maestras, la relación entrañable con los porteros de esas primeras épocas – Los Sres. Victorino Rodríguez y porteriormente Gauto. Ambos encargados vivían con sus familias en el edificio escolar y todos realizaban el mantenimiento de la escuela a la vez que colaboraban con tareas específicas como la revisación a la entrada de la presentación de cada alumno: especialmente su pulcritud (limpieza de uñas, pelo recogido) y la exhibición del pañuelo de tela. (1)

Estas revisiones estaban a cargo junto al maestro de turno. También recuerdan como un ritual el paso del portero por las aulas cargando los tinteros de porcelana en cada pupitre de madera. Como consecuencia de la política higienista llevada adelante por el Consejo Nacional de Educación vemos, en los detalles de gastos, el pago del consultorio odontológico que funcionó en la escuela Abel Ayerza (1940). Muchos hicieron referencia a las campañas de vacunación y de identificación que se hacían en el mismo edificio escolar o en escuelas vecinas.

La mayoría de sus ex – alumnos recuerdan a la escuela como un ámbito que funcionaba como una extensión del núcleo familiar. Este sentimiento se continúa con el paso de las distintas generaciones que se sucedieron donde convivían hijos de trabajadores, obreros, cuentapropistas, inmigrantes llegados a nuestro país en diferentes años y también hijos de profesionales y vecinos de muy buena posición económica. Recordamos que muchos también compartían la condición de vecinos por lo cual los encuentros sociales se extendían en sus casas particulares tomando el té como este grupo de maestras hacia principios de 1940.

La Sra. Alicia Vita recuerda las clases de labores de las alumnas de 6to grado (cuando culminaba la primaria); ellas trabajaban durante el año en el vestido que sería estrenado para la reunión de egresados, se encargaban de cortarlo y coserlo. Algunas ex alumnas afirmaron que estas reuniones de culminación de la educación primaria se realizaba en la casa particular de alguna maestra – vecina.

En diciembre la fiesta de fin de año era muy esperada por todos los alumnos ya que recibían golosinas de la Cooperadora, incluso se llegó a armar un pesebre de grandes piezas que continuaba exhibido durante el último mes del año. Celita Berreta Garbarino recordó especialmente una visita de un Papa Noel imponente que trajo regalos a todos los alumnos y que para su sorpresa infantil llevaba puestos los mismos zapatos que usaba su tía. Por años calló esta “sorpresa” como un secreto temeroso y que hoy recuerda con sonrisas.

Los ex alumnos de estos años (del 1930 a 1955) no recordaban excursiones a determinados lugares de la ciudad ni a ámbitos cercanos al barrio. La única salida que recordó Violeta Galache fue cuando falleció Eva Perón ya que fueron seleccionados un grupo de alumnos -entre los que se encontraba ella -para llevar una corona al velatorio en el Congreso Nacional. Recuerda que hubo una debate familiar para decidir si la pequeña debía ir ya que sus padres no compartían las ideas peronistas, pero tomaron el desafío como una obligación moral y la niña fue en una “bañadera” junto a sus otros compañeros en representación de la escuela.

El mástil de la escuela fue colocado en 1937 con una ceremonia imponente y multitudinaria que fue documentada en los diarios de la época y en los medios zonales. Posiblemente una de las versiones de porqué la escuela es conocida como la Banderita provenga de la gran altura que tenía el mástil que lo convertía en un punto de referencia en un poblado de casas bajas y donde se destacaba por su visualización desde distancias lejanas. Otra de las versiones menciona un almacén ubicado en torno a Gral Paz y Tequendama (actual Gabriela Mistral) que poseía un mástil con una bandera argentina y que por su cercanía la escuela fue denominada así. El Ing. E. Tosi nos comenta que algunos almacenes tenían la costumbre de colocar una bandera que, de acuerdo al color indicaba el tipo de mercadería que se comercializaba.

En 1954 se realiza un Congreso Nacional de cooperadoras escolares que nombra a Perón como el Primer Cooperador y se instaura el 8 de octubre como el dia del cooperador escolar. Si bien durante los gobiernos peronistas se aumentan la matrícula, los edificios y el equipamiento escolares en paralelo hay un avance en el apoyo a sectores privados y a la iglesia en relación a la educación (ley 13.047 de estatuto para el personal docente de establecimientos de enseñanza Privada, ley 12.978 sobre incorporación de enseñanza religiosa en escuelas públicas entre otras) compartiendo las instituciones privadas, la familia y el Estado la obligación de garantizar el derecho a la educación (Constitución 1949 capítulo “Derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad, y de la Educación y la Cultura”).

En 1957 deja de pertenecer al Consejo Escolar N° 17 y pasa formar parte del Consejo Escolar Nº 16 y se le asigna el N° 7, se creó también una sección de Jardín de Infantes en cada turno.

Las líneas de política educativa establecen susbsidios desde el Estado que generaron políticas dependientes para el sector público. Para esta década de 1950 el barrio crecía y sus establecimientos privados también, los posteriores vaciamientos, junto con un desfinanciamiento y disminución del presupuesto educativos llevaron a la escuela una baja importante de su matrícula llegando al borde de pensar en su cierre definitivo. La unión de la comunidad educativa de La Banderita hace que el Club de Madres, la Asociación de Ex Alumnos y Cooperadora junto a los directivos se movilizaran para lograr implementar la modalidad de jornada completa y evitar así, el cierre de la escuela. Este hecho fue recordado por padres y alumnos como un hito fundacional en la historia de la escuela. La competencia para esos momentos con las escuelas privadas era alta y las escuelas públicas perdían por goleada. La transformación en jornada completa, ayudó a estabilizar la población escolar.

El jardín de infantes que funcionó durante varios años fue una etapa desconocida por los alumnos más antiguos de La Banderita. Pero también fue muy recordado por quienes lo cursaron. A él nos dedicaremos en nuestra próxima entrega junto con la imposición del nombre, planteles docentes, y recuerdos escolares ente otros temas.

Continuará…

(1) HIGIENISMO EDUCATIVO
A fines del siglo XIX y hasta entrado el siglo XX después de las grandes epidemias y en ausencia de antibióticos, la prevención de las enfermedades físicas, intelectuales y morales ocupó un lugar importante en la vida escolar por lo que se revisaba médicamente a los alumnos dando consejos de hábitos higiénicos como: evitar escupir en el suelo, hervir los pañuelos en el domicilio o toser cubriéndose la boca.
Con este propósito el Estado pasó a controlar todos los objetos que iban a ser utilizados en los establecimientos educativos como los bancos, útiles y contenidos para los textos escolares.
Se organizaron conferencias para docentes y campañas sanitarias para alumnos.

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