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Editorial – Devoto Historia Nº 48

Por el presidente

Algunos afirman que la pandemia no ha aumentado los contagios y la mortandad que produjeran otros virus en años anteriores. Aun así, seguimos retenidos por el temor y las exigencias sociales. Estamos tratando de acostumbrarnos a una nueva forma de relacionarnos con el mundo, menos abierta y franca. Su continuidad, seguramente, llevará a cambios profundos en la sociedad.

Se necesitarán por lo menos 50 años para que una mayor perspectiva permita comprender mucho mejor qué era lo que nos estaba pasando. Será el momento de comenzar a elaborar su historia. La mayoría de quienes leen estas divagaciones no estaremos para poder escucharla y los que aun estarán, hoy gente joven, tendrán una visión distinta que la nuestra y opinarán diferente de lo que lo hubiéramos hecho nosotros de estar allí. Así se escribe la Historia.

Nuestra tercera versión virtual de la revista que presentamos, se ocupa, como siempre, de atraer la atención histórica devotense de los lectores. Por ello no podemos olvidar la preocupación que nos embarga viendo el violento cambio en el patrimonio tangible e intangible que se está viviendo en la vida barrial. A la luz de tantos resultados irreversibles se percibe imposible de ser desandado. A pesar de ello, también hemos notado un curioso proceso que podría llegar a ser de reversión.

Ese enfrentamiento entre quienes ven la necesidad de defenderlo y los que abogan por su destrucción total, por considerarlo obsoleto, se plantea a muerte. Es en muchos aspectos ridículo y pernicioso y definitivamente contradictorio, cuando ambas partes se mueven manipulando la necesidad en beneficio propio.

Pasemos a los síntomas positivos y negativos que estamos viendo. Últimamente desde la órbita oficial se ha tratado de montar un mecenazgo que recupere los valores que se deterioran día a día del Palacio Ceci, cuyo esplendor adorna nuestra tapa de hoy. Pero esa inquietud al parecer por problemas legales no se ha podido lograr aun.

La legislatura ha recibido nuevamente la ley Rossi que buscó fuera expropiada la casa del Dr. Francisco Beiró. Casa que, protegida estructuralmente, está destrozada en su interior. Deterioro que comenzó desde el día siguiente que fuera comprada a las herederas Beiró, cuando ya la casona estaba en estado deficiente porque sus dueñas no podían mantenerla. Últimamente su presencia en las redes sociales se ha incrementado. Creando un masivo reclamo por su restauración, que va más allá del vecindario. Presión que puede lograr modificar la anterior negativa del bloque oficialista que impidió su tratamiento en el recinto.

En cuanto al caserón neo-colonial de Bahía Blanca y del Carril se ha comenzado su restauración. Se piensa en regenerarla como casa habitacional pero también como restaurante. Cosa que se cree es definitiva. En la otra esquina también esta lista a producirse el mismo destino. En ambos casos los vecinos habían logrado detener las iniciativas en oportunidades anteriores.

Volvió a hablarse de la instalación de bares en la plaza que acompañó un fuerte rechazo popular y que en consultas a comuneros éstos nos aseguran que no entraba en ninguna intención oficial.

¿Es ingenuo pensar de nuestra parte que se está revirtiendo esa incesante búsqueda de destrozar lo existente sin respeto a los intereses genuinos del vecindario? Es posible, pero si no se logra la concientización general no se podrán vencer los intereses que no siempre son de progreso como se los presenta. Pero debe reconocerse que crece el deterioro de viviendas que sus propietarios no pueden mantener y no encuentran adquirentes que quieran ponerlas en valor.

Está en manos oficiales la posibilidad de una orientación coherente que permita dar un destino útil a mucho de lo que se está abandonando. Pero no será destrozando otros patrimonios que no peligraban, como sucedió con Enciso y, a medias, con las plazoletas frente a la estación, llevados adelante en oposición a la opinión vecinal en el primer caso y frenado por la presión de un recurso de amparo judicial el segundo.

No se conseguirá con hacer peatonal zonas que ya son posibles y libres de recorrer sin molestar a los vecinos, sin que se le imponga ni contamine con kioscos o chirimbolos urbanísticos que deterioren el medio ambiente patrimonial.

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1 comentario en «Editorial – Devoto Historia Nº 48»

  1. Me interesa ser parte de la defensa de la protección del barrio. Veo con tristeza las propiedades que están siendo demolidas para levantar edificios de cemento sin estilo. Como se puede colaborar?

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