Por Edgardo Oscar Tosi
Recopilado del libro Villa Devoto 1889-1916. Tomo I, de su autoría.
Aquel aviso del diario La Prensa, convocaba para el 1 de noviembre al primer acceso ferroviario al nuevo pueblo, que de ninguna manera debe asociarse al comienzo del proceso público de venta. El horario del todo inapropiado y el hecho que los posibles compradores debieron abonar su pasaje teniéndose que acomodar a las escasas posibilidades de transporte, evidencia que no era su intención atraer potenciales compradores.
Debido a lo encumbrado de los directivos del banco y sus relaciones oficiales hace lógico suponer la existencia de algún tipo de ceremonia fundacional, como había sucedido años antes, en los casos de Villa Alvear y Saavedra. Pero no nos consta que esto haya ocurrido en alguna forma, en ese día, ni en ninguno anterior o posterior.
Aun así es difícil no ceder a la tentación de recrear, los típicos remates donde una espaciosa carpa reuniría a los posibles candidatos, entre los acordes estruendosos de la clásica banda de músicos italianos. Pero dado que los precios eran fijos en toda la urbanización: $ 3.335/m2 no era lógico que hubiera remate. Además no estaba normalizada la subdivisión en lotes, cuyas medidas se acomodaron al interés del comprador, lo que puede comprobarse hoy sobre la calle Habana o Pareja desde Sanabria a Marcos Paz, zona inicial de venta. Resultado de aquello es la sucesión casi incoherente de frentes de medidas dispares de 8, 10, 12, 14, 20 ó 50 varas.
Resulta realmente sorprendente no encontrar publicidades de venta ni de lanzamiento de la nueva urbanización. Aquellas debieron encaminarse por carriles privados. La falta de publicidad que no fue obstáculo para que Villa Devoto fuera muy conocido desde sus mismos comienzos y utilizado como polo de atracción para ventas en otros lugares próximos. En un aviso de Callet y Llambí aparecido en La Prensa el 1 de diciembre de 1889, donde se ofrecía vender una chacra “a un paso de Villa Devotto” (sic), se llegaba al extremo de afirmar que todas las calles estaban adoquinadas.
Esa falta de publicidad y venta masiva ha permitido suponer que se estaba frente a una urbanización del tipo que hoy llamaríamos “Barrio Privado” para usufructo de los socios del Banco. Esta errónea deducción surge de contabilizar los varios socios del banco que adquieren propiedades luego de 1891. Pero esas compran fueron facilitadas por el banco en ese momento para superar la crisis financiera y no antes cuando el interés fue vender y obtener buenos dividendos. Ese hecho que terminara siendo de política institucional no niega el interés que individualmente tuvieron algunos socios por adquirir fracciones del lugar.
El nuevo poblado tenía sus arterias, lógicamente de tierra, a veces con zanjones laterales para permitir los desagües. El barro debió estar presente en aquellas calles, para recibir a quienes llegaban en esos primeros tiempos, ya que 1889 fue año sumamente lluvioso. Tanto fue así, que si hubo quienes aceptaran la invitación para aquel primero de noviembre, habrán tenido que soportar a primeras horas de la tarde un muy fuerte aguacero y guarecerse en la estación, que no es la actual, mientras esperaban el tren de las 5,09 p.m. para retornar a la ciudad. (34)
No todas las calles de la urbanización estuvieron abiertas en un primer momento. Seguramente lo estaban aquellas dentro de ventas iniciales, desde la actual calle Marcos Paz (Hamburgo) hasta las vías del Tramway Rural entre las actuales avenidas Francisco Beiró y Mosconi, y sobre la zona que hoy llamaríamos el Talar, donde se ubicaron buen número de las ventas iniciales. Los alambrados (alambreras dicen los planos de la época) permanecían en los límites perimetrales de la propiedad, ubicadas, según lo prometido en su nueva posición, luego de efectuados los ensanches de las actuales Francisco Beiró (del Progreso), Mosconi (América) y Lastra (Gral. Espejo). Los cruces sobre el F. C. Pacífico y el Tramway Rural no existían, salvo en puntos imprescindibles, tal vez Nueva York en la primera línea y camino a San Martín y Fernández de Enciso (Washington) en la segunda. Esta falta de pasos a nivel irá provocando a lo largos de los años, pedidos y litigios sobre aperturas, entre los vecinos y las empresas de transporte.
Al camino a San Martín, junto con su traza, se le debió rectificar la pendiente frente a la pulpería de Cimaro, donde una pequeña barranca marcaba el inicio de uno de los brazos del arroyo Medrano. (35)
Surgen un sinnúmero de interrogantes imposibles de responder. Debido a que esa invitación del periódico no había tenido intención de venta inicial, o de haberlo sido, porque la asistencia fuera poco numerosa o porque la política de venta del Banco no incluía la venta masiva o porque esta no tuvo los réditos esperados; o porque en definitiva el banco no creía oportuno vender en momentos de crisis, lo real fue cualquiera fuera el motivo un escaso nivel de ventas el resultado final de lo que podemos definir como primer año de lanzamiento de la urbanización.
Aquella apatía era fácilmente explicable desde el punto de vista de los compradores, ya que habiéndose deteriorado, a lo largo del año, el ambiente político y económico, se vivían momentos difíciles, con escases de numerario.
Aún cuando a los primeros posibles compradores, casi todos italianos, no les preocupara la situación política nacional, hecho que sucedía también en los últimos años con los argentinos, debían encontrarse golpeados por la misma inquietud que dominaba a la ciudad. El 1 de septiembre, se había realizado el “meeting” de la Unión Cívica de la Juventud. Reunión multitudinaria para la época, con más de 4.000 asistentes, exaltados antijuaristas, a quienes acompañaba lo más expectante de la intelectualidad política nacional. Lo que hacía suponer se avecinaban tiempos de inestabilidad.
Desde un comienzo surgirán dos tipos de compradores. Los que se transformaron en propietarios de manzanas completas o fracciones no menores de 1/4 y los adquirentes de lotes que iban de los 1.000 hasta exiguos 200 o 300 m2. Los primeros rodeaban la plaza y se extendían a lo largo de las avenidas Chivilcoy y Salvador María del Carril (de la Capital y Nacional). Los otros se concentraron en aquel momento inicial principalmente en dos zonas, una alrededor de Navarro (Río de Janeiro) y el Tramway Rural y la otra a lo largo de Habana y José Cubas (Caracas) desde Segurola (Bruselas) hasta la avenida Chivilcoy (de la Capital). Era el Tramway Rural el eje de las ventas para aquellos que buscaban un lugar de vivienda permanente. Algo similar debió orientar a quienes lo hicieron en terrenos en intersección de Mosconi (América) y Lincoln ubicados las proximidades de la estación Lynch (fuera de los límites del pueblo).
Los del grupo de menores recursos, hacia quienes se dirigió a nuestro entender la venta inicial, buscando hacerla masiva, fueron incentivados por exigencias del banco y presentaron rápidamente solicitudes de construcción. Eran viviendas económicas de una o dos habitaciones, cocina y letrina al fondo, ejecutadas en ladrillos asentados en barro para el interior y mezcla de cal en paredes al exterior, todo ello de acuerdo a las exigencias municipales del momento. Techos de chapa de zinc y pisos de pinotea o cemento completaban las obras.
Muchas de estas viviendas, con solicitudes presentadas a lo largo del 89 y 90, debido a la crisis económica, no llegarán nunca a construirse. Pero a su vez se levantarán otras construcciones sin el permiso municipal correspondiente. En un temprano 29 de noviembre de 1889, pocos días después de ser rechazada la excepción impositiva solicitada desde el primer momento por el banco es nombrado Guillermo Roeykens, con un sueldo de $ 150.- mensuales, inspector municipal en Villa Devoto y Villa de las Catalinas, (36) tratando de esta forma de contener este tipo de transgresiones. De ellas no serían ajenas la empresa vendedora, ya que los infractores, en muchos casos alegan haber sido autorizados por el banco a construir, sin pagar gravamen alguno.
El más antiguo de los pedidos de construcción que hemos encontrado en el Archivo Municipal es del 5 de agosto de 1889, perteneciente a don Benjamín Romero, confirmando que las ventas se iniciaron con anterioridad al 31 de octubre de ese año. (37) Su futuro constructor era Egiziano Giglioli quien situaba la propiedad en la esquina imposible de Bahía Blanca (París) y Joaquin V. Gonzalez (Berlín) de “Billa Devoto” (sic). El pedido no fue aceptado por no cumplir las exigencias mínimas de construcción.
Los propietarios de fracciones mayores casi en su totalidad están relacionados con el banco y serán autorizados por asamblea, como forma de aventar la crisis, a aplicar sus acciones de la sociedad para la compra de los terrenos. Mayoritariamente mantendrán baldías las propiedades demostrando el carácter especulativo de la compra. Algunos esperarán su valorización hasta fines de siglo y otros, forzados o no por la situación económica, las enajenarán prontamente. Una muy pequeña proporción erigirá viviendas, no siempre importantes, pero si, concordantes con aquel medio semi rural.
Entre aquellas propiedades “de lujo” de las cuales tenemos datos serán las dos primeras consignadas la de Bartolomé Devoto con permiso solicitado el 29 de febrero de 1890 y la de Ernesto Dellacha del 17 de marzo siguiente. Piden levantar, en la manzana de Pareja (Chicago), Chivilcoy (de la Capital), Bahía Blanca (París) y Habana, el primero y en Salvador María del Carril (Nacional), San Nicolás (Madrid), Emilio Lamarca (Edimburgo) y Pareja (Chicago), (38) el segundo, una casa de madera cada uno proyectadas ambas por el arquitecto Luis Dubois y ejecutadas por el ingeniero José Poggi. (39)
No son éstas, como ya hemos adelantado, las primeras construcciones que el archivo registra para Villa Devoto. Estaban en Navarro (Río de Janeiro) entre Argerich (Marsella) y Nazca (Sevilla) para el 21 de octubre y entre Nazca y Terrada (Turín) el 13 de noviembre ambas de 1889, propiedad de Evaristo Iparraguirre la primera y Nicanor Bosch la segunda, ambas fuera de los límites actuales del barrio, sobre terrenos vendidos también antes del 1 de noviembre. Las primeras viviendas construidas dentro del actual Villa Devoto que solicitaran su permiso según los archivos fueron para el 12 y 16 de diciembre de 1889 las de Pascual Biancamano y Anunciatto Guma en Habana entre Segurola (Bruselas) y Marcos Paz (Hamburgo). Se autorizaban dos modestas construcciones (una habitación, una cocina y una letrina al fondo) de las que hoy no quedan vestigios. Serían las primeras casas levantadas en lo que hoy es Villa Devoto. (40) Decimos serían, pues puede sospecharse extravíos o traspapelamiento de expedientes ya que existen construcciones de las cuales no tenemos información como de la casa de don Antonio Devoto en Salvador M. del Carril (Nacional) y Mercedes (Londres), la cual. por otros medios se conoce, habría sido erigida en 1890. (41) No hemos encontrado permisos para casas levantadas antes de 1895 como la de Onorio Stoppani (conocida como de Tamini, actualmente parte del Hospital Zubizarreta) en Nueva York y Chivilcoy (de la Capital) y del palacete de Dellacha en la manzana de enfrente, sobre Nueva York entre Chivilcoy (de la Capital) y Mercedes (Londres) hoy demolido. Además de la del francés Vidal, como lo llamara Victoriano Massa cuando era reporteado en 1938, ubicada en Asunción, Pedro Morán (Bogotá), Marcos Paz (Hamburgo) y Segurola (Bélgica). Este afirmaba que era la primera que se levantara en dado que, se decía no eran aceptadas las construcciones en madera y otro sobre el camino a San Martín, en la manzana de Pareja (Chicago), Salvador M. del Carril (Nacional) y Campana (Génova), frente mismo a aquel prometido mercado. Era un tipo de vivienda claramente clasificable como conventillo. Una sucesión de 20 habitaciones con ventana a la calle y dos locales la Villa, siendo demolida en la década del setenta por el Villa Devoto School al construir su actual edificio.
Siguiendo con las construcciones campestres de “lujo” o veraneo surge otra que aun podía verse en este siglo. En Nueva York 4251, con escasas modificaciones, existía una vivienda que Andrea Cremona levantara en 1890 sobre una de las manzanas de su propiedad en del Carril (Nacional), Gualeguaychú (Roma), Sanabria (Viena), y Nueva York. Era para aquel momento un pesebre o caballeriza que ocupaba la planta baja y una vivienda en el piso alto. (42)Fue demolida a mediados de la segunda década, cuando aun mostraba vestigios de una cancha de paleta que se le había adosado cuando fuera sede de un club Social y que utilizara, cuando se establecía en el mismo lugar el Gimnasia y Esgrima de Villa Devoto.
A comienzos de aquel año, el 20 de mayo de 1890 comienza a correr los domingos y feriados un tren de pasajeros que saliendo de la estación Central a las 10 hs. 30 min llegaba a Villa Devoto a las 11 y 8 minutos. Este convoy movía la inquietud de los habitantes de Buenos Aires por conocer los “pueblitos suburbanos.” La costumbre de pasar un día de campo estaba en boga. Al mismo tiempo el Tramway Rural, servicio al parecer no estimado por los miembros del Inmobiliario, recorría el trayecto con un coche imperial dividido en dos compartimientos, la parte de primera clase tapizada con felpa roja estaba separada de la segunda por una división de madera. (43)
Aun siendo contadas las construcciones erigidas, llamaban la atención de la época, por estar emplazadas en un medio totalmente rural.
Ya en enero de 1891, Egiziano Giglioli solicitaba para Esteban Dellacha un permiso de construcción en Mercedes (Londres) y Fernández de Enciso (Washington): “El edificio consta de una caballeriza para cuatro caballos y una cochera para dos coches en el piso bajo y en piso alto un depósito para pasto y dos piezas para habitar. Todo el material utilizado será de primera clase”. (44) Construcción que estaba asociada al edificio principal enfrente a este por Mercedes (Londres) que en 1900 adquiriera Tomás Devoto. Obra que perdura, en su torre (tanque de agua), luego de casi 130 años de ejecutada, habiendo sido, la parte de cochera, semi demolida en el 2015 para montar allí un moderno y frio local de café.
En la manzana 132, enfrentando por Habana con la de Bartolo Devoto, nuevamente el constructor Giglioli presentará, el 1 de octubre de 1891, un proyecto de construcción para una casa propiedad de Miguel Mulhall, la que al año siguiente se ampliará pero bajo dirección del ingeniero Alexander. (45) Las viviendas de aquella época, parecen haber sido construidas por etapas como buscando comodidades que sus propietarios inicialmente no creyeron necesarias. Un caso prototípico de evolución constructiva es el de Emilio Grappiolo quien comenzará comprando una fracción de la manzana de Habana, Sanabria (Viena), Segurola (Bruselas) y Pareja (Chicago), llegando a ser propietario de las 3/4 partes de la misma ( ocupando el resto F.S. Brunet primero y su hija María Brunet de Schwab después). Construirá Grapiollo con la asistencia del constructor Luis Mascardi tres habitaciones sobre Habana en septiembre de 1891, luego una casa completa que se llamará “La Emilia” en julio de l894 y por último a mediados del 96 una caballeriza con casa de cuidadores, sobre Segurola (Bruselas) y portón de salida sobre Sanabria (Viena), (46) dejando así terminado uno de los tantos “palacetes” veraniegos, que se vendieron y/o demolieron entre la primera y segunda década del siglo XX.
Inicialmente, el camino a San Martín en su cruce con el Tramway Rural, fue otro de los puntos en donde, aunque siempre escasas se produjeron ventas. Se aprueban allí solo dos pedidos de construcción. Uno de ellos, una simple casilla de madera, de la que no existen constancias de su concreción, dado que, se decía no eran aceptadas las construcciones en madera y otro sobre el camino a San Martín, en la manzana de Pareja (Chicago), Salvador M. del Carril (Nacional) y Campana (Génova), frente mismo a aquel prometido mercado. Era un tipo de vivienda claramente clasificable como conventillo. Una sucesión de 20 habitaciones con ventana a la calle y dos locales, uno en la esquina de Pareja (Chicago) y San Martín, y ésta misma y Salvador M. del Carril (Nacional) el otro, ambos con destino de almacén y despacho de bebidas como reza el expediente. Se penetraba al interior del inmueble por dos puertas que comunicaban a un gran patio de piso de tierra, al que daban todas las habitaciones y en cuyo centro existían, dos pozos de balde y cuatro letrinas. (47) Esta propiedad ya terminada para julio de 1891 pertenecía a Egipziano Giglioli a quien hemos nombrado anteriormente y actuaba como empresario constructor, igual que muchos de los pioneros de Villa Devoto. Realizaría éste múltiples formas de inversión, vivía en forma permanente en Villa Devoto, soltero, contaba con una empresa constructora de buen movimiento en todo Buenos Aires. En Villa Devoto por contrato para terceros o como inversión, para alquilar o vender, realizando periódicas subastas de casas y terrenos. Años después comprará a los herederos Altube el extremo oeste de la propiedad que iba más allá de la General Paz (camino de Circunvalación), ubicado en la provincia y no formara parte de Villa Devoto.
Aquel “conventillo”, que debió construirse con miras a la población numerosa que nunca llegó, fue ocupado inteligentemente en otros menesteres. Trasformado en “centro comunitario” se instalaron allí a través del tiempo, previas ampliaciones y modificaciones tres escuelas, un centro de salud y una comisaría. En manos de su propietario y sus herederos siguió hasta 1943 que lo adquirió el Concejo Nacional de Educación. Demolido en 1949 quedó construído allí para 1952 la actual escuela de Panamá. (48)
La comisaría es un factor importante del desarrollo urbano La documentación encontrada no hablan de un primer destacamento de la comisaría 30 de Villa de las Catalinas en 1896, que luego como 37 se mudó a este lugar. Autores del ámbito policial hablan de su instalación en Villa Devoto, antes a su nacimiento, en 1888. Desconocemos la ubicación de ese destacamento policial para cuando aquello era pleno campo. Como posible ubicación serían las calles periféricas de lo que luego sería Villa Devoto o sobre el camino a San Martín. Próxima al Tramway Rural, al Tambo Lechuza y a medio camino entre las edificaciones que serían el antiguo casco de los Altube (Francisco Beiró y San Martín) y la pulpería de Cimaro. Habría estado en medio de todo y en medio de nada dentro de la propiedad Altube. Podría conjeturarse que apoyándose en esa presencia policial el Banco Inmobiliario ubicaría allí su Mercado y proyectara, como hizo, en la manzana del Camino a San Martín, Nueva York y Campana, un juzgado de paz. Pero si esta hubiera existido tendría que haber quedado señalada en ese mismo plano. Lo que el banco `proyectó no se concretó y el destacamento policial, si remotamente existió nada tuvo que ver con Villa Devoto.
El juzgado tendrá otra futura posición incierta y nunca concretada, como la primera, frente a la estación del F.C. Pacífico en Asunción y Sanabria.
Las pautas para el desarrollo de la nueva población estaban dadas, pero la crisis que se había estado insinuando estallará para frustrar todas las expectativas.
NOTAS de «Venta y Construcción 1889 al 1891.»
(34) La Prensa, 2 de noviembre de 1889.
(35) Mediante el plano de la Inmobiliaria que marca los niveles de esquina hemos trazado líneas de nivel que demuestran lo aquí afirmado.
(36) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras Públicas1889. Expediente Reoykens del 29 de noviembre de 1889
(37) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras Públicas – Edificios-1889. Legajo 39, Expediente 14.516.
(38) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras Públicas – Edificios 1890.Expedientes del29 de febrero de 1890 y 17 de marzo de 1890.
(39) El ingeniero José Poggi es quien firma junto a Carlos Buschiazzo los planos de Villa Devoto presentados a la municipalidad. Luis Dubois arquitecto francés quien hacía en esos momentos sus primeras armas en Buenos Aires. En 1904 obtendrá el primer premio municipal de arquitectura. Realizando como obra emblemática la plaza de toros de Colonia. Ambos serán apercibidos por el juez de comercio Peyre por cobro de pesode parte de Domingo Locattelli y Cía. Según La Prensa del 10 de junio de 1891.
(40) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras Públicas Edificios – 1889. Expedintes de Iparraguirre del21 de octubre de 1889; Bosch del 13 de noviembre de 1889; 13 de diciembre de 1889 Biancamano, Legajo 35, Expediente 23210; AnunciattoGuma del16 de diciembre de 1889.
(41) Calegari, Horacio. Revista «Objetivos» – de 1988 .
(42) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras Públicas- Edificios 1890. Expediente Andrea Cremona.
(43) Villa Devoto y la Escuela de Panamá. Notas históricas Buenos Aires1967. Pág. 11
(44) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras públicas – Edificios 1891 Legajo 13 Carpeta 57.
(45) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras públicas – Edificios 1891 Legajo 22 Carpeta 15916.
(46) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires.- Obras públicas – Edificios 1891. Julio 1894 y 1896 Esta propiedad de Grapiolo saldrá a la venta en 1907.
(47) Archivo Municipal Ciudad de Buenos Aires. Obras públicas – Edificios – 1891- Expediente Giglioli.
(48) Villa Devoto y la Escuela de Panamá. Notas Históricas. Buenos Aires 1967. capítulo VIII. Pág. 18.