(Artículo publicado en Revista ‘Devoto Historia’ N° 25 – Otoño 2012)
Un 4 de Abril de 1895, se iniciaban las clases en la escuela número 10 del entonces Distrito Escolar XIV (Belgrano), hoy denominada Delfín Gallo.
El 17 de febrero de 1895 el Consejo Nacional de Educación, nombraba Directora de dicha escuela a la Señorita Maria Isabel Aveleyra, quien se haria cargo el 1º de marzo.
A sus veintiún años de edad asumía una tremenda responsabilidad, maestra y directora a la vez, vivirá en las instalaciones del edificio escolar, con su familia.
Recién en junio y debido al aumento de los niños matriculados es acompañada en su labor por otra maestra la Señorita Susana Filgueira.
Desde el mismo día de su asunción mostró su férrea voluntad por cumplir su labor.
Lograr que en el primer año, sobre una población devotense de menos de un centenar de familias, terminaran 70 niños sus primeros cursos, fue enorme el resultado.
Eso se logro con su trabajo y presencia, yendo casa por casa, a convencer a los padres de la necesidad de que sus hijos estudiaran, no sin algunas resistencias de aquellos, concurriendo a los hogares de los niños cuando se ausentaban a las clases.
La escuela fue creciendo a su medida, en 1896 paso de la categoría de Infantil a Elemental (hasta tercer grado). En esa instancia, el barrio ya reconocía la misma por “la escuela de la señorita Aveleyra”, nombre que subsistió aun después de 1910 en que toma el nombre de su actual Patrono (Delfín Gallo).
Su labor no solo fue educativa, crea en 1904 la Sociedad Infantil, trabajando con las alumnas mayores para que en horas extraordinarias, cosieran ropa para las niñas más pobres.
En 1908, bajo su inspiración se constituye la Asociacion Pro-infancia de Villa Devoto, formada por padres de alumnos y vecinos, quienes colectaban y repartían dos veces al año ropas y calzados.
Los relatos de sus contemporáneos sobre el amor y dedicación que diariamente ponía al servicio de los escolares abundaban por doquier, basta decir que la fama de la escuela de la Señorita Aveleyra, transito los limites del barrio, muchos padres de otras localidades buscaban anotar a sus hijos, por el prestigio de la calidad educativa que brindaba.
Fue su labor infatigable, cuando se acogió a la jubilación en 1923, su escuela poseía trece aulas, biblioteca y superaban el numero de ochocientos los escolares inscriptos.
Formo parte de la Comision del Cincuentenario de Villa Devoto (1938), con el cargo de vicepresidente segunda.
Lo que su nombre representa, no puede perderse de la memoria colectiva, es así que mucho tiempo después, siendo ella una lozana señora que superaba los ochenta años, era designada madrina en la colocación de la piedra fundamental del Monumento a la Bandera, en la plaza Arenales el 9 de febrero de 1958. Habían pasado treinta y cinco años desde su jubilación y aun seguía vivo el reconocimiento vecinal a su labor.
Fue una importante constructora del sentimiento nacional, en un país de multiplicidad de etnias y culturas, participaba en todo acto publico, por la difusión de las músicas y símbolos nacionales, con el sano proposito de inculcar el amor a los genuinos y fraternales valores de la Patria.