(Artículo publicado en Revista ‘Devoto Historia’ N° 36 – Primavera/Verano 2015)
Recurriendo al trabajo investigativo desarrollado por nuestro compañero Alberto Rodolfo Gawronski en el libro “Villa Devoto” “Historia y significado de sus calles, plazas y avenidas”, extraemos:
“Antiguamente llamada Atenas, desde el 28 de octubre de 1904 lleva su actual denominación. Nace en General Cesar Díaz 3399 y termina en Larsen al 3400”…
“Felipe Llavallol, un hábil comerciante nacido en Buenos Aires en 1802, un 26 de diciembre. Estudio en su ciudad natal y su inclinación fue para la carrera mercantil, formando parte de una casa mayorista de su padre que fue muy acreditada y antigua”.
Participo en la carrera pública, desempeñando el cargo con lealtad, eficacia y patriotismo, fue miembro del Tribunal de Comercio en 1847, mas tarde en 1852 fue diputado de la Legislatura y presidente de la misma…senador y presidente del alto cuerpo en 1855”.
“Fue miembro de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Administrador de la Lotería Nacional, Presidente del Ferrocarril del Oeste…Vicegobernador de Buenos Aires,… fundador de la Asociación San Vicente de Paul.”
Falleció en Buenos Aires el 4 de abril de 1874.
El amanecer de un martes de mayo de 1932, en un yuyal a pocos metros de la calle Llavallol y la futura avenida General Paz, apareció asesinado Nutryj, un linyera que merodeaba o mejor dicho, sobrevivía, en esa zona de excavaciones de los viejos hornos de ladrillos. El periódico barrial “La Razón de Villa Devoto” de la edición del día 14, publicaba una foto donde una multitud de niños se apiñaban alrededor del cadáver.
Poco agregaba el relato periodístico “descubierto el cadáver el día martes…el personal policial se encuentra trabajando en relación al alevoso crimen del súbdito polaco Diort Nutryj, de 25 años, casado, de quien no se conoce domicilio ni profesión…se presume producto de una venganza o de un robo, cuyos autores hayan sido otros vagabundos que merodean los terrenos adyacentes al Ferrocarril Central Argentino”
En la edición siguiente del mismo periódico, continuando la nota anterior, incluía una foto donde aparecía un policía con una enorme plancha de hierro, que según se afirmaba, “era el arma homicida con la cual le habrían partido el cráneo y le produjo su deceso”.
Muchas conjeturas se construyeron sobre vida y trágica muerte de Nutrij, hecho que sacaría de la rutina habitual a aquellos vecinos del nordeste devotense, el tiempo se encargo de sepultar esta historia, cuanto misterio quedo encerrado en ese final del joven polaco, cuantas ilusiones posiblemente enterradas con su triste final.