(Artículo publicado en Revista «Aniversario», N° 8 – Octubre 2005)
Por Susana Boragno
Continuamos con la Historia de la Av. Gral. Paz.
Los interesados en el trazado de la Avenida eran: la Nación que la costeaba, la Municipalidad a cuyo territorio se incorporaba y a la Provincia de Buenos Aires porque fija su límite con la Capital.
La ley 4506 (del año 1904) confió a la Municipalidad la tarea de expropiar los terrenos necesarios y contempló la cuestión de los convenios con la Provincia de Buenos Aires para normalizar los terrenos afectados por la rectificación del Riachuelo.
La ley 12134 incorporó la obra a la Dirección Nacional de Vialidad (Institución creada en 1932 mediante la ley 12658). Su principal proyecto fue la construcción de la Av. General Paz. Esta ley modificó en parte a la 4506 y le permitió a Vialidad Nacional acelerar las expropiaciones para dar inicio a las obras.
Expropiaciones y especulaciones. Impuesto al mayor valor.
La superficie total era de 2.440.000 m. cuadrados y una longitud de 24,400km.
Hay que imaginarse por esos años que esta zona era todo campo o quintas, además que el trazado poligonal que observamos cruzaba esta región en diagonal.
Se trabajó intensamente porque no había catastro de propiedad ni padrones completos de propietarios ni planos generales por donde pasaría la Avenida para determinar la superficie a expropiar.
Primero se fijó una franja de 200m de ambos lados de la traza para luego cobrar el revalúo de las propiedades frentistas con suficiente precisión.
Antiguos vecinos recordarán que tuvieron que pagar por 10 años un impuesto al mayor valor. No olvidemos que la nueva Avenida de 100 m de ancha valorizó mucho los terrenos linderos.
Las expropiaciones se concretaron de dos formas:
por acuerdo de partes y bajo escritura pública.
por vía judicial: los propietarios que no estuvieron conformes con el precio a cobrar o por
especulaciones dieron origen a numerosos juicios e incrementó mucho el total a pagar. Hubo
casos que hasta se quintuplicó el valor.
Algunos propietarios encontraron conveniente lotear los terrenos publicitando su ubicación frente a la Avenida y otros dejaron una franja de tierra de ancho variable para luego presentarse solicitando la indemnización.
Los abusos fueron tales que la Corte Suprema de Justicia se expidió y sentó jurisprudencia: …”la expropiación no debe ser una fuente de ganancia, lo ideal es la compensación justa”.
Proyecto y Dirección.
Una obra de gran envergadura requirió el trabajo de distintos organismos: Obras Públicas, Obras Sanitarias de la Nación, Registro de la Propiedad, Juzgado Federal, Contribución Territorial y la Dirección General de Ferrocarriles.
La Dirección de Obras le fue encomendada a José M. Zaballa Carbó.
Fueron proyectados por la Dirección Técnica de la Dirección de Vialidad Nacional y contó con el apoyo de Dirección Nacional de Vialidad Provincial.
El proyecto se le confió al Ing. Pascual Palazzo, Profesor de la Universidad, un estudioso de vías de comunicación, un gran urbanista, autor de numerosos trabajos sobre el tema.
La Panamericana (Acceso Norte) se denomina Pascual Palazzo en recuerdo a su gran persona.
También intervinieron los Ing. Lauro Laura, Carlos Thays de la Dirección General de Paseos y el Arq. Ernesto Vautier.
Descripción general del proyecto.
La nueva Avenida debía ser bella para quien la recorriese, cruzase y para los vecinos que quisieran disfrutarla paseándose en ella de solaz y descanso. Por ello se dio importancia al valor estético de la obra.
Además iba a ser una vía de comunicación ultraveloz, de gran rapidez, seguridad, flexibilidad y comodidad de movimiento. No se permitiría el tránsito pesado de camiones; sólo algunos lo harían de noche para no ser vistos. Se preveía llegar en sólo 20 minutos desde el Riachuelo al Río de la Plata.
El ancho nada frecuente haría posible la posición de calzadas especiales para los diferentes tipos de tráfico, estableciendo cómodos accesos y cruces del tráfico transversal y también prever las plantaciones que hermosearán el conjunto.
Las reglas básicas del diseño de una vía moderna (parkway) para tráfico automotor requerían la supresión de corrientes encontradas, la separación del tráfico de sangre y peatones de la calzada para automotores (hoy es la colectora), la eliminación del estacionamiento sobre la calzada para tráfico veloz y la supresión del acceso directo de la propiedad frentista a esa misma calzada.
Los fondos disponibles no permitían tan estricta obediencia a estos principios, por lo que se admitieron cruces a dos niveles para las grandes avenidas y líneas ferroviarias, por ejemplo Rivadavia, Juan B. Justo, San Martín, Del Tejar y Cabildo. Y se aceptaron cruces a nivel en forma de rond-point para tráfico intenso, tal es el caso de las avenidas Del Trabajo (hoy Eva Perón), Juan B. Alberdi, Tres Cruces (Francisco Beiró) y América (Gral. Mosconi) y alargado cuando el tráfico era de menor importancia.
Además se distribuyeron cuatro calzadas de 6 metros, dos para tránsito rápido centrales y otras dos para lento.
Perfil longitudinal y transversal.
Para los muchos que conocimos la primitiva Av. General Paz la recordamos con subidas y bajadas.
El nivel natural de la Avenida a lo largo de sus 24,4km presentaba amplias ondulaciones y pendientes.
Desde el Riachuelo hasta los primeros 8km sube 20 metros, después pierde altura en los 10km que le siguen, luego sube suavemente y ya a los 20km va en busca del Río de la Plata mediante ondulaciones de pendientes acusadas.
Los niveles de calzada de tráfico lento respetaron fielmente el terreno, no así los de tráfico rápido. Esto último motivó enormes movimientos de tierra que originó taludes y cunetas utilizados por los paisajistas para ubicar sus plantaciones. En los cruces situados en terrenos altos se buscó el paso de la Avenida por debajo o por arriba, según la conveniencia.
También las pendientes pronunciadas fueron suavizadas mediante amplias curvas verticales para mantener la visibilidad. Otras veces fueron quebradas por criterio paisajista.
Editado en Aniversario n° 8 Octubre 2005