(Artículo publicado en Revista Aniversario)
Por Edgardo Tosi
Luego del golpe seco de dos bolas, el silencioso rodar por el paño. Luego de un rebote rápido sobre el borde, inútilmente busca ante la carambola fallida un nuevo chocar de bolas.
El esporádico bufido de la máquina express y la charla
apagada de los parroquianos seguidores completaban el ambiente. Al aire de
nostalgia prendido en las paredes parecía faltarle poesías de Amado Nervo dichas
en la voz de Santiago Gómez Cou. Enrique, madrugador miembro de la junta,
revolvía el primer café mientras pensaba en las palmeras que adornaban la plaza
Arenales y del artículo que pensaban publicar en la revista sobre el tema. La
puerta vaivén deja pasar a dos alegres contertulios a quienes las cosas le van
mejor que al resto de los mortales. Alberto y Eduardo se acercaron a la mesa “Se
agotó la edición de Las Calles de Villa Devoto” dijo Alberto a modo de saludo,
mientras Eduardo mas ceremonioso preguntaba a Enrique por su salud. Los tres
miraron hacia la puerta ante la entrada de un nuevo cliente que rápidamente se
sentó frente a la ventana. A través de ella vieron a Jorge cruzando la calle. Ya
en la mesa sin darse respiro informó detalladamente sobre el programa Por la
memoria de Buenos Aires y propuso que nos ocupáramos del asunto. Saltó
rápidamente a otro tema; puso ante los contertulios una de esas perlas a las que
nos tiene acostumbrados. “No se donde apareció esta copla, pero se publicó el 5
de julio de 1930 en un periódico barrial”.
Los ojos de Aurora Ivaldi
-de esto lector no te rías-
Despiden más calorías
Que un litro de alcohol Mataldi
La mirada de Alberto se iluminó con una sonrisa de picardía, mientras extendía la mano a alguien que entraba. “Señor Presidente oportuna su llegada, en sección de poesía satírica”.
Se pasó rápidamente a otros temas, hablándose de la reunión organizada por la Asociación de Amigos del Instituto Hall. “Un éxito, mucha gente, aún vecinos del barrio que desconocían lo que había detrás de sus paredes”. Carlos que había entrado mientras se conversaba, alabó la charla sobre Hall que se había dado (era obligación. Ya que había sido nuestro presidente autor de la misma). Lamentó que uno de los coches antiguos de don Luis Spadafora, empacado, no quiso entrar al parque, como estaba previsto. Entusiasmado Carlos (presidente de la Junta de Villa Real) no pudo perder la oportunidad para hablar de sus pagos. Susana Boragno organiza entre Versalles y Villa Real una visita guiada que termina en el museo. Casi lo matan pero las críticas más duras fueron para el Diario La Nación que en un error imperdonable (muchas veces los periodistas son desaprensivos con la información) al comentar el hecho, dio a Susana como presidente de la Junta de Versalles lo cual debe haberle dado más de un dolor de cabeza.
“Villa Devoto, entró en la historia grande: En Unione e Benevolenza todos los martes hay un ciclo sobre el tema de los barrios”, nos notició Jorge, “habitualmente bien informado”. El 16 de setiembre le tocó el turno a nuestra villa, dijo el presi, a quien era difícil mantener callado.
Eran las 11 y 30 pasadas y algunos iban hacia la radio F; 93,1. Al pie del estribo se planteó la posibilidad de hacer para diciembre reuniones donde un charlista hablara de tango, de cantores, de pintores, poetas y filósofos” ¿Vos crees que alguien vendría a charlar a las 10,30 de la mañana del domingo?” “y a escuchar? ¡Estamos desvariando!.
Articulo publicado en Aniversario n° 4 Setiembre 1997.