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Banco Inmobiliario

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(Artículo publicado en Revista ‘Devoto Historia’ N° 25 – Otoño 2012)

El 13 de abril de 1889 el Intendente de la Capital aprobaba los planos de un proyecto urbanístico sobre las tierras que habían pertenecido a don Santiago Altube y que había sido bautizado como Villa Devoto. Éstos se apoyaban en su diseño en los últimos dictados de higiene para el trazado de poblaciones. Los mismos firmados por los ingenieros Carlos Buschiazzo y José Poggi preveían ceder al municipio importantes extensiones de tierra que permitieran el trazado de calles, avenidas y bulevares que se proyectaban de amplias dimensiones. Proponían además el ensanche y rectificado del camino a San Martín y hacer cómodas avenidas los caminos que circunvalaban el proyecto, todo ello para encausar correctamente, previsoramente, el tránsito al momento que la población estuviera asentada y alcanzara la dimensión que se esperaba. Los proponentes a su vez pensaban exigir a quienes construyeran en el lugar, con frente a las avenidas y la plaza dejar libre de edificación 10 metros de frente como espacio para la ubicación de jardines.

Aquel expediente había sido presentado días antes por el Banco Inmobiliario, fundador del pueblo, bajo la firma de su presidente don Antonio Devoto y refrendado por el gerente de la Institución el señor don Ernesto Dellacha.

Era esta una empresa joven, nacida el 16 de abril de 1888, menos de un año antes de la presentación del ambicioso proyecto de urbanización, conformando su directorio además de los nombrados Ernesto Quesada, Esteban Badaracco, Manuel S. Aguirre, Isaac Cavaría, Juan Eduardo Clark, Eduardo Coll, Vicente Luís Casares y Luís A. Huergo.

Para dotar a la población de las mejoras que se consideraban necesarias para la época se preveía establecer y construir una iglesia, una escuela, un mercado y un juzgado de paz. Solicitándose a la par la concesión de una línea tranviaria que uniría la estación del que es hoy el F. C. San Martín con el pueblo vecino de Villa Urquiza. Esta comunicación se agregaba a las dos líneas férreas: el F. C. Pacífico y el Tramway Rural que ya cruzaban la nueva villa…

No bien aprobado el proyecto se comenzaron las obras. “Aspiraban provocar una amplia política de desarrollo urbano, aprovechando las posibilidades que creían se abrían al país”. Pero la crisis económica de 1890 dejaba mal parada a la institución y las obras no lograban terminarse.
No por ello los directivos del Banco pierden la cordura.

Debemos tener en cuenta que era la urbanización un emprendimiento privado en busca de rédito económico para los inversores y que dada la debacle financiera del país esto no tenía ya posibilidades de sustentarse.

Con claro sentido de la difícil situación el banco que ya no puede solventar los gastos ante el peligro de su quiebra y con ello el remate judicial de la urbanización da un paso al costado sin abandonar a los pobladores generando alternativas que permitieron a la población perdurar en forma autónoma sin el lastre que hubiera sido una sociedad en vías de disolución. De esa forma el Banco se salvaba pero a la vez salvaba su creación: el pueblo de Villa Devoto.

El Banco Inmobiliario, se transformará en La Compañía de Seguros la Inmobiliaria, que con los años llegaría a ser una de las más importantes del país, pero en cuanto emprendimiento urbanístico Villa Devoto fue su primer y único proyecto integral.

Por todo ello. Por ser la fundadora del barro, por haberle dado al proyecto los lineamientos de pueblo jardín que aun perduran, es que creemos merece que su nombre perdure en una de las plazas que aquel diseño dejó adornando sus calles. Para ello proponemos la ubicada en la avenida Salvador María del Carril, que en algún momento se propuso bautizar Antonio Devoto, y las vías del F. C San Martín.

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