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Charlas de Café (2º Parte)

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Por Edgardo Tosi

El viento metido entre las bufandas, no nos impide llegar, a las diez y media del domingo a la reunión del café. El frío agradece la infusión caliente, cortada con crema en algunos casos. Jorge César vuelca sobre la mesa, si más tramites, sus múltiples contactos de la semana que nos relacionan con la “farándula” histórica de la Ciudad Autónoma. La actividad del Instituto Histórico y la Junta Central con sus nuevos estatutos en vías de concreción. La reunión del 2 y 3 de junio en el Centro Cultural San Martín donde nuestro barrio pudo bosquejar su historia en la década del 20.

“Villa Devoto esta entrando en la mayoría de edad. Sus instituciones cumplen 100 años. Hace dos, la escuela Delfín Gallo. La Asociación de Fomento de Villa Devoto en 1996. El 27 de mayo, del actual el Pontificio Seminario Metropolitano de Buenos Aires festejó la colocación de la piedra fundamental de su edificio. La presencia de sus ex alumnos permitió ver en la Villa a los cardenales Aramburu, Quarracino y a un grupo importante de monseñores y sacerdotes. La banda de la policía y una guardia de honor del regimiento de Patricios dieron sonido y color a la reunión. El coro de la UCA nos hizo vibrar. El padre Poli, dentro de nuestro tema, historió la vida del Seminario y su edificio. Para el mes de julio será San Vicente de Paúl la próxima en recordar su centenario con un gran festival.

Se amontonan las noticias las noticias anudadas por la charla, a nuestras espaldas las bolas de billar golpean en carambolas. Nadie quiere quedar callado y las noticias se entrecruzan. El Copello realiza una bienal de arte. La historia no podrá estar ausente. Padres de los alumnos contaran sobre los barrios de Villa Devoto, San Telmo, La Boca, Monserrat y San Nicolás. La junta también estará. Acercándose a la mesa un parroquiano monologa su diáfano desvario billarista de excepción, hábil para la carambola hablada… como nadie, según propio curriculum.

Explicó su desigual combate con los hermanos Carrera quienes reunirían la lucha ante su fantástico taco. Imposible silenciar al verborragico carambolero “el mejor jugador a tres bandas en el mundo”, quien finalmente sale por las puertas vaivén a la calle. La mesa rebalsa papeles. El respiro por la desaparición del disparatado deportista permiten pedir algún nuevo pocillo, antes éstos proliferaban como hongos, hoy van reduciéndose ante la falta de numerario.

Que se lee, que no se lee. Participantes gracias a la Junta Central de la feria del libro, nosotros los José, Marcial y Abel devotenses filosofábamos divagando sobre el tema cuando Alberto nos llamo a la realidad “Mi libro entró a imprenta” (gracias a que el barrio sabrá el porque del nombre de las calles). La charla sobrevoló la erudición de los miembros sobre libros que trataban de la Villa fuera de los conocidos. “Hay un libro de Cortazar donde caminan Villa Devoto”. Otro es “Bajo amor en alta mar” de Gudiño Kieffer sobre el crimen en el Eugenio C. donde Italo Troisi es el protagonista y su sobrino Alberto,”Colito hijo”, (gran amigo de la junta a quien le debemos la colección casi completa de La Razón de Villa Devoto) camina por sus páginas dijo Eduardo y confirmó Enrique quien había conocido bien a Italo. No olvidemos a Susana Sanchez de Maragno que publicó el año pasado “Memorias de Susana” recuerdo yo, dato que completa Alberto informando que se desarrolla en Villa Devoto del 30 y del 40 y que el libro publicado en Tigre, se desconoce aquí.

“Todo estaba distinto. Ya no existían esas casonas antiguas con amplios parques alrededor. Ya no había limosneros en las entradas de las casas. Ni la planta de ruda al costado..”, nos cuenta Susana al regresar a casa de su amiga Nené en lo que fuera la primera comisaría de Villa Devoto. Otro el de Germinal Nogués, sobre todo Buenos Aires pero habla de nosotros. “Estuvo aquí en el Café”, salta don García que tiene oreja para lo que le interesa, aunque uno piense que no nos escucha.

“Che no te olvides de la visita del rey y los “Palacio Devoto” recordó Francisco, zizañero de segundo oficio, refiriéndose a lo prometido en el numero anterior. “Mira dije queriendo demostrar que no había sido tomado por sorpresa “Antonio Devoto”, vivió y murió en reconquista 560, palacete que había construido en 1888, al mismo tiempo que la quinta de veraneo de Salvador María del Carril y Mercedes bajo el diseño de J. A. Buschiazzo. Estos fueron palacios Devoto, pero tambien recibieron ese nombre el de Sarmiento y Reconquista que era de Antonio y el de Callao y Marcelo T. de Alvear utilizado por el presidente de Brasil en 1900 que era de Tomás, En Villa Devoto frente a la plaza Pareja entre Chivilcoy y Bahía Blanca, propiedad de la familia Bartolomé Devoto fue el último de los palacios Devotos conocidos que cayo bajo la piqueta en la década del sesenta. Existe otro donde vivía Bartolomé y su familia, en la misma manzana del de Tomás, que ocupa hoy el Instituto de Estudios Superiores Católicos en Rodríguez Peña y Santa Fe. Otro donde viven descendientes de Bartolomé es el monumental de Libertador y Ugarteche.

Pero volvamos a Antonio. Aquel edificio de Reconquista estaba algo pasado de moda para 1913, como también la quinta de veraneo en Villa Devoto. Es así que el matrimonio Devoto, de Antonio y su segunda esposa Elina Pombo piensan primero en la construcción de un nuevo palacio frente a la plaza Lavalle próximo al nuevo Teatro Colón y proponen ceder al reino de Italia el más viejo para su utilización como embajada. Aunque el gobierno italiano no acepta se siguen las obras y al mismo tiempo se reinician en Salvador María del Carril y Joaquín V. Gonzalez las obras del palacio Devoto que hospedaría al rey de Italia…según la historia barrial.

Don Antonio cuenta en esos momentos con 81 años. Ha visitado Italia el año anterior siendo recibido por el rey, tal vez para interiorizarse de la situación en la Argentina en cuanto a la inmigración italiana, la cual según el rey, no recibe un trato satisfactorio. Durante su estadía en Roma recorre los talleres del escultor Arnoldo Zocchi, que está esculpiendo el monumento a Colón, propiciado por Devoto. Sus proyectos e inquietudes son publicados por la “Patria degli Italiani” pero en ningún momento comenta la posibilidad de que el rey viaje a América.

Para aquella época en que los anarquistas aun mantenían en vilo a las testas coronadas y cuando la situación mundial era sumamente inestable el hecho de un viaje real a través de Atlántico, resultaba muy improbable. Los reyes no cruzaban el Atlántico como podemos fácilmente comprobar si miramos en 1910 donde ninguno viajó a Buenos Aires para los festejos del Centenario.

El estallido de la primera guerra mundial hará imposible el improbable proyecto. En la década del veinte cuando ya la navegación era más segura llegaran los reyes futuros y no en ejercicio, los príncipes de Gales y del Piamonte. En este último caso si el proyecto hubiese sido verdadero existió la posibilidad de hacerlo realidad, sino con un rey por lo menos con el príncipe heredero que llegó a Devoto y que fue considerado por la colectividad como una visita excepcional. En ningún momento se planteará hospedarlo en el palacio, ya que aunque esa hubiera sido la intención éste estaba muy inconcluso salvo la estructura general y el exterior.

A la muerte de Antonio Devoto en 1916, las obras se paralizarían casi completamente y hasta el temprano deceso de su viuda Elina Pombo poco se había avanzado, salvo en la pintura de la capilla y trabajos en algunas paredes del primer piso. Aprovechando trabajos realizados en la iglesia que Antonio había comprado semiconstruída en 1913 y que hoy lleva el nombre de San Antonio.

A fines de la década del treinta habría comenzado a propalarse la idea de aquella visita. El Dr. Isidoro Gil, en un artículo de Noticias Devotenses, duda de la misma ya que según él, Antonio Devoto nunca había dicho tal cosa. En aquellos momentos la sucesión de Elina Pombo pensaba en la difícil venta de varias propiedades como el palacio que saldrá a remate. Allí comprará el Dr. Tognoni, quien nos relató cuando lo entrevistamos, que ante la imposibilidad de revender la propiedad realizó una campaña publicitaria donde aparecía por primera vez publicado por El Mundo Argentino que el palacio había sido construido para la visita del rey de Italia.

Como era de esperar, salvo los jugadores de billar que no prestaban atención, los miembros de la junta escuchaban en silencio atentamente mis palabras. Francisco resumió el pensamiento de todos “Mire ingeniero” dijo con esa voz áspera que usa cuando me llama ingeniero “todo está muy lindo pero Antonio Devoto tiene que haber construido el palacio para que viniera el rey de Italia, sino la gente no va a creer más en la historia”. 

Articulo publicado en Aniversario n° 3 Junio 1997.

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