(Artículo publicado en Revista ‘Devoto Historia’ N° 23 – Invierno 2011)
Por Edgardo Oscar Tosi
Se han bautizado por historiadores de distintas vertientes como «Década Infame» a dos períodos de la Historia Argentina casi sucesivas. Una reúne los gobiernos de Justo, Ortiz y Castillo y la otra va del 46 al 55. Durante la primera el fraude sistemático falseaba la exteriorización democrática, impidiendo mostrar el descontento ciudadano ante el cúmulo de negociados que se denunciaban desde las bancas de la oposición. A pesar de esto, la activa participación de buena parte de la sociedad, que se había producido durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen seguía reflejándose con fuerza en el ámbito vecinal. Las múltiples Sociedades de Fomento, los Consejos Escolares, a pesar de ser cargos digitados por el gobierno y en las cooperadoras escolares. Este artículo trata de rescatar aquella época difícil, cuando los vecinos de Villa Devoto ponían el hombro, ofreciendo, pero a la vez exigiendo participar en la solución de los problemas de la enseñanza. Enseñanza que era considerada por todos como un valor fundamental para la vida.
Cambios concretos que se producen en Villa Devoto frente al derrocamiento del gobierno de Hipólito Yrigoyen fueron las modificaciones en el Consejo Escolar 17. Su presidente Lorenzo Lucena, hombre del yrigoyenismo, reconocido por el periódico barrial «La Razón» como un hombre de mérito, renunciaba a su cargo. Era reemplazado por el Dr. Rafael Legizamón de simpatías antipersonalistas que ya había sido presidente del Concejo durante el gobierno de Alvear. Lo secundarían durante sus dos años de mandato, dos hombres de armas, en concordancia con la época, el General Ovidio Badaró como vice y el Coronel Juan Moscarda, como interventor para 1930 y tesorero al año siguiente. Completaban el Consejo en estos dos años Juan P. Sánchez, el Dr. Francisco Guma, el Dr. Juan F. Aranguren y el Dr. H. Dobranich. En 1933 seguirá Leguizamón en la presidencia secundado ahora por el Dr. Osvaldo Rocha. En 1934 serán reemplazados por el comodoro Teodoro Caillet Bois como presidente y el Dr. Perez Gardiner como vice. Esta composición se mantendría inalterable hasta 1938 con poco beneplácito del periodismo barrial ante aquella inamovilidad, síntoma de estancamiento. Ante el clamor sus miembros en pleno renunciaban a comienzos de ese año, momento en que se comenzaban los trabajos para festejar el controvertido cincuentenario de la villa (1). Recién para 1939 es nombrado un nuevo consejo que formaban como presidente Antonio D’ Elía, vicepresidente Daniel Escalada y vocales Rodolfo Paolucci, Federico Taylor y Juan Gordon Davis.
Para el año 1935 el distrito contaba con 30 escuelas diurnas que sumaban 574 grados y 18.108 alumnos. En el turno nocturno 2.317 eran los alumnos primarios y 1.610 los de cursos especiales. A estos debían agregarse los de 11 escuelas particulares. A pesar de todo esto el número siempre creciente de alumnado imposibilitaba poder cubrir las nuevas vacantes si no se acrecentaban las estructuras edilicias existentes, lo que debía encararse con celeridad. Frente al cuello de botella volvieron a instaurarse los turnos intermedios, que habían sido una práctica habitual, aunque de pésimos resultados, a comienzos del siglo: . Esta solución que se daba como transitoria esperaba ser suprimida en el menor tiempo posible, lo que no fue conseguido definitivamente por bastante tiempo. Aun en 1939, cuando se afirmaba su desaparición, estos continuaban desarrollándose en la escuela mixta número 12 [[de Cabezón 4529]], que acababa de ser inaugurada el 15 de marzo.
En todos estos años se convivía con otra dificultad que tenía la misma raíz. Al inscribir a los nuevos alumnos no se lograba hacerlo en su totalidad, en lugares próximos a su domicilio. Las hojas periodísticas vecinales se encargaban de informar a los padres cuando alguna escuela, disponía aun de vacantes, en alguno de sus grados. Estas deficiencias se traducían en largas colas de padres en los periodos de inscripción. Dificultades que solo se podían superar si se contaba con algún pariente o conocido que tuviera «influencias».
Aquel nuevo Concejo Escolar 17 se movilizaría con mayor dinamismo que el anterior, proponiendo para los múltiples problemas que se presentaban, soluciones creativas, aunque no siempre llegaran a efectivizarse.
El Concejo Nacional de Educación, sin una política previa a largo plazo, trató de comprar edificios que ya estaban en uso y poder así ampliarlos y mejorarlos. Esto sucedió con el edificio de la escuela 18 de Mercedes 4966, al que se le agregó a propuesta del Concejo Escolar 17, el de Bahía Blanca 2246, edificio alquilado hasta ese momento por la escuela Nº 9. Ambas propiedades fueron pagadas en mensualidades a lo largo de 10 años.
El Concejo Escolar realizaba continuas propuestas de diferente tenor.
Buscaría lugares próximos a las escuelas para alquilarlos y hacer funcionar allí anexos. Esto no resultó ni fácil, ni de rápida solución y para abril, con las clases ya comenzadas no se había logrado avanzar nen la solución. Se planteaba alquilar casillas de madera. Solución heroica, que a pesar de lo que se esperaba no lograría tampoco solucionar rápidamente el problema ya que muchas de ellas estaban aun en construcción para finales de mayo y se inauguraban recién en junio, a mitad del ciclo lectivo. A pesar de todo esas casillas, donde el frío y el calor debieron acompañar el clima exterior dieron en su precariedad cobijo por basta un servicio que hoy consideraríamos inadmisible.
En agosto de 1939 el Concejo Escolar 17 propone al Concejo Nacional de Educación, como obra de mayor aliento y definitiva, la creación de dos «escuela centrales», una en las manzanas comprendidas por Virgilio, Nazarre, Moliere y Melincué, y la otra en Virgilio, Moliere, Pedro Lozano y Nazarre. Estos inmuebles les habían sido ofrecidos en venta por el importante martillero de la época Antonio Marino. La propuesta proponía fueran instalarlos «en terrenos baratos y alejados donde la mayoría de los hogares son modestos y aun pobres». Esto haría que estas escuelas que contarían con comedores, gimnasios, piscinas y baños, se transformaran en centros sociales de la zona. Aunque se encarecerían sus costos, al estar ubicadas en zona de habitantes de menores recursos económicos, beneficiaría a estos y además podrían reunir a los chicos de las otras escuelas aledañas en el uso de todos sus servicios accesorios que serían muy útiles a la educación integral. Era por ello que se les daba el nombre de escuelas centrales. La propuesta por demás interesante en su integridad no llegará a concretarse.
Aun cuando nuestra información no es completa podemos afirmar que la casi totalidad de las escuelas contaban en ese momento con cooperadoras. Esto sucedía hasta con las de adultos como las Nº 3, 6 y 7. La primera de ellas ubicada en Enciso 4451 escuela Delfín Gallo era presidida por Alberto Aveleyra. Estas Asociaciones Cooperadoras eran bautizadas con nombres que merecen rescatarse «Justo José de Urquiza» en el caso de la 6 y «José B. Zubiaur» en la 7.
El resto de las escuelas, que sabemos contaban con cooperadoras, eran la 1, 2, 4, 5 llamadas «Todo por los niños», la 6 conocida como «Mariano Moreno», la 7 «Por Nuestra Patria» que presidía Enrique Garbarino y obsequiaba un libro a cada una de las alumnas egresadas. La 15, Colegio Antonio Devoto, que presidía Rodolfo Paolucci, la 16 bautizada «Ciencia y Labor» comandad por Guillermo Rafael Cardinale, la 20 «Hogar y Escuela», la 26 «Paula Albarracín de Sarmiento» y la 27 cuyo presidente era el Sr. Pedro Bertolotto.
Aquella época de tanta participación se organizaban instituciones auxiliares para colaborar o tal para ofrecer puntos de vista diferentes a los del Consejo Escolar como la Acción Vecinal pro fomento Escolar del Distrito 17 donde se unían Cooperadoras Escolares con Asociaciones de Fomento. El proyecto que fuera aprobado a comienzos de 1939 (*) los llevará a propiciar rápidamente la creación de una escuela diferencial pero fundamentalmente elevar la solicitud al Concejo Nacional de Educación de la anulación del llamado excedente escolar y la supresión de los turnos intermedios.
Simultáneamente el mismo Concejo Escolar 17 propiciaba la formación de una Federación de Cooperadoras Escolares como si se buscara anular la acción de la anterior y no permitir la ingerencia de la Asociaciones de Fomento en el ámbito escolar. Esta Federación, propondría al Concejo Nacional el establecimiento de una colonia de vacaciones, recreo infantil y jardín de infantes en los terrenos que habían sido del club Tiro a Segno (3).
A su vez existía la Asociación Cultural «Domingo F. Sarmiento» que se ocupaba de capacitación del personal docente del C.E.17, presidida por el profesor Arturo Barrionuevo Olmos, a quien secundaba Rodolfo Zanotte, actuando como secretaria la señorita María Elena Facetti. Esta asociación además de actos de formación específica como un ciclo de conferencias en el Antonio Devoto, realizaría recitales de docentes poetas, entre cuyas obras se encontraban la de los autores, poco conocidos aun Germán Berdiales y Abel Santa Cruz, docentes en la zona. Esto se complementaría tiempo después con una exposición de pintura para docentes con esas aptitudes, inaugurado por D’Elía, quien en la oportunidad pronunciaría un largo discurso en donde mostraba sus inquietudes frente al Concejo Escolar y cuya reproducción apareció completa en Noticias Devotenses de agosto de 1939.
Aquel Consejo Escolar 17 se había mudado en 1936 del edificio de la escuela Antonio Devoto, que ocupara desde 1921, al ala izquierda del edificio de Bahía Blanca 4025, que los vecinos llamaban Biblioteca pero que recién abriría sus puertas como tal el 25 de mayo de 1938. Hoy esta instalado allí el Distrito Escolar 17, cuya estructura administrativa no le permite ser un ente descentralizador y participativo de la población barrial como eran los Consejos.
NOTAS
(1) 3 de diciembre de 1938 Dirá Noticias Devotenses «No podrá repetirse en esta oportunidad la mala practica observada en años anteriores de renovar sin solución de continuidad, los mandatos de los consejos salientes […] cabe entonces insistir en la necesidad de encuadrar las próximas designaciones en el espíritu de la ley, que hace integrar estos organismos con vecinos padres de familia.» «Los miembros del Consejo Nacional deben sus designaciones […] a un origen puramente político desvinculados a los problemas que afectan la enseñanza primaria. Corresponde a los consejeros escolares, la tarea de asesorar prácticamente al organismo superior, planteándole problemas y proponiendo soluciones. Padres de familia dice el texto legal, concepto que si lo examinamos a través del propósito legislativo, podemos traducirlo sin esfuerzo padres de niños en edad escolar, vale decir, vecinos que tengan un contrato directo con las necesidades de la escuela. La designación de los próximos consejeros, deberá evidenciar un propósito de someterse a los propósitos que remarcamos. Asi lo espera desde hace mucho tiempo el vecindario de Devoto.»
(2) Noticias Devotenses 18 de febrero de 1939. Estaba formado por la Asociación de Fomento y Biblioteca Popular Devoto Oeste, Asociación Cooperadora «Mariano Moreno» Escuela 6, Asociación Cooperadora «Paula Albarracín de Sarmiento», Asociación Cooperadora Escuela 4 Ruíz de los Llanos, Asociación Cooperadora «Todo por los niños», Asociación de Fomento El Talar Norte. Asociación Cooperadora Escuela 2 República de Panamá. Sociedad de Fomento 9 de julio, Asociación Vecinal de Villa del Parque, Cooperadora de Escuela de Adultos Nª7, Asociación Cultural Elevación, Sociedad de Fomento de Versalles, Asociación de Fomento de Villa Devoto, Corporación y Biblioteca Mitre. Cooperadora Escuela 1 Delfín Gallo. Unión Vecinal General Paz Devoto, Asociación Cooperadora «20 de octubre 1932», Asociación Cooperadora «Hogar y Escuela», Cooperadora «Por Nuestra Patria», Confederación de Maestros del D. E. 17, Asociación de Fomento Edilicio y Cultural «El Alba». Asociación Cooperadora «Justo José de Urquiza». La cual estaba presidida por José C. Alarcón.
(3) Noticias Devotenses 26 de agosto de 1939.
Buenas tardes,estamos investigando la Escuela al aire libre N° 6 de Villa Devoto. La directora era Berta Vidal de Battini, ¿tienen algún dato?