El 30 en Villa Devoto (3ª parte)
Por Edgardo Tosi
Carta enviada por el Subcomisario Severino José Cirigliano
Señor Presidente J.E.H.V.D.
Tengo el agrado de dirigirme a usted, con referencia al
artículo “Revolución El 30 en Villa Devoto” de su fecha año 2 número 4.
A esos efectos y a fin de aclarar el comportamiento cívico de un funcionario
policial-jefe de la dependencia de la seccional 39° es que le hago llegar la
bibliografía que le adjunto
Roberto S. Cirigliano
Comisión de Homenaje al Señor
Subcomisario Severino José Cirigliano
Pasamos a narrar en forma cronológica los hechos de esa
triste mañana del 6 de Setiembre.
“A las primeras horas de la mañana del 6 de Setiembre, salieron del Colegio
Militar de la Nación, cadetes de ese instituto, acompañados por tropas
acantonadas en Campo de Mayo, a las órdenes del General Félix Uriburu con el
propósito de derrocar al gobierno.
Las columnas ingresaron a la Capital Federal por la Av. San Martín y en la
esquina con Av. América, actualmente Moscóni, enfrentó a jefes y oficiales de la
policía de la capital, pertenecientes a la seccional 45, quienes vivaron a los
revolucionarios con banderas y pañuelos.
El subcomisario don Severino José Cirigliano, a cargo de la seccional 39,
ubicada en Olazábal 5347 (que se desempeñaba desde el año 1923, e inauguró el
actual edificio el día 2 de abril de 1929, de su anterior sitio de la calle
Guanacache 118), recibió la visita de un mayor del ejercito que comandaba la
avanzada militar, que le comunicó que la Revolución había triunfado y le
solicitaba su adhesión a la misma. Pedido que fue rechazado de inmediato, a la
vez que le comunicaba que estaba detenido y le entregase su arma reglamentaria,
y que el único gobierno era el de la Constitución, situación que hizo saber de
inmediato a la Jefatura a cargo del Coronel de Bomberos Sr. Granero.
A continuación dispuso entregaran armas largas al personal policial, ordenando
se ubicaran en los altos de la comisaría para enfrentar al ejercito sublevado.
Las tropas que venían a la retaguardia por la Av. América instalaron un cañón en
la esquina de Burela e intimaron la rendición de la seccional. Al no acatar la
orden se intercambiaron disparos de armas largas y de dicha acción resulta
herido el cabo Baldomero Ariza, y otros oficiales y suboficiales. A continuación
se dio el ultimátum por parte de las tropas del ejército, que si no se izaba la
bandera blanca de rendición, se iba a disparar el cañón contra el edificio de la
comisaría.
Ante el cariz de los acontecimientos el Sr. Jefe de la dependencia acordó (en
razón de la diferencia de potencia de fuego y para salvar la vida de inocentes y
numerosos vecinos) rendir la misma a las tropas del Ejercito Revolucionario.
Inmediatamente el personal policial fue desarmado, invitándosele a engrosar la
columna insurrecta, temperamento que no aceptaron.
Posteriormente el subcomisario Don Severino José Cirigliano fue dejado cesante”
Biografía consultada
a) Pavón Pereyra, Pág. 112
b) Domínguez Emilio: “El 6 de
Setiembre de 1930”
Artículo publicado en el número extraordinario de
Aniversario de Diciembre de 1998
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