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A 200 años de su nacimiento, Domingo F. Sarmiento,
Por la Educación y por la Vida…
                                                                                                                                            Por Alicia Rapagnani

Hijo de doña Paula Albarracín y don José Clemente Sarmiento, Faustino Valentín, pues éste era el nombre de Domingo, nació en San Juan el 15 de febrero de 1811.
Era un niño muy inteligente e inquieto, que a los cuatro años aprendió a leer y a los cinco comenzó a asistir a la escuela.
Con sólo quince años, Domingo fundó su primera escuela, en San Francisco del Monte de
Oro, provincia de San Luís, en la que se desempeñó como maestro de alumnos que lo superaban en edad.
Este hombre de gran tesón fuerte temperamento y amplia cultura, llegó a ser por su lucha
y labor un referente de la historia latinoamericana ; fue maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, director general de escuelas, senador, ministro, sociólogo, diplomático y gobernador, hasta convertirse en presidente de la Nación.
Siempre consagrado a la educación, don Domingo escribió la siguiente frase: Las palabras Argentino e Ignorante, se escriben con las mismas letras. ¡ Luchemos para que no se conviertan en sinónimos!
Sarniento hizo su primer censo en el año 1869, a los seis meses de haber asumido la presidencia de nuestro país.
Este censo arrojó los siguientes datos, que Domingo analizó con gran atención ; población :
1.830.000 habitantes, analfabetos : 71%.
Leídos éstos resultados, el presidente llama a su secretaria y le solicita lo siguiente: “Convoque a Reunión de Gabinete de Ministros urgente para esta misma tarde”.Ya en reunión , Sarmiento
expresa lo siguiente: Señores ministros, ante los primeros datos que arrojó el censo, voy a proclamar mi primera política de Estado por un siglo : “Escuelas, escuelas, escuelas”!!!
En su gestión de gobierno, construyó mil ciento diecisiete escuelas, lo que en promedio sería una cada dos días.
Preocupado por brindar a niños y jóvenes una educación de excelencia y laica, invita a maestras estadounidenses, para que desarrollen su labor en escuelas de diferentes provincias. Fueron muchas las que arribaron a nuestro país. Entre ellas Mary Olstine Graham, Serena Wood, Elizabeth Peabody, Alvina G, Ryan, Sara Chamberlain de Eccleston, siendo ésta última una gran formadora de docentes. Todas ellas arraigadas a este país nos dejaron su maravillosa labor educativa.
En septiembre de 1881 y como Superintendente de Escuelas, don Domingo fundó la revista El Monitor de la Educación Común, referente fundamental para la educación argentina.
Entre sus obras, debemos destacar la creación de la Academia de Ciencias en Córdoba, en el año 1878.
-La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad de San Juan.
-La Biblioteca Nacional de Maestros en esta ciudad.
-El Observatorio Astronómico de Córdoba, el 24 de octubre de 1871 de gran importancia.
-La Escuela Naval y el Colegio Militar.
También a él se le debe la compra de la flota naval, y los rieles que en su longitud eran la suma de todos los rieles de América y el telégrafo. Además creó el Banco Nacional, entre muchas otras obras.
Se destacó como periodista y escritor. Fundó en San Juan el diario El Zonda y de su frondosa obra literaria nos ha dejado el Método de Lectura Gradual , de corte educativo y los clásicos Facundo, Recuerdos de Provincia y una infinidad de leyes y tratados sobre temas diversos.
El notable pedagogo y catedrático, trabajó toda su vida en el afán impulsar el desarrollo de la Nación y sus compatriotas.
A causa de su militancia política debió exiliarse en varias oportunidades.
Fue padre de dos hijos Dominguito y Ana Faustina.
En el año 1888, estando ya muy enfermo, Sarmiento se encontraba en Asunción del Paraguay por prescripción médica.
Los galenos, habían establecido una guardia de cuatro horas por turno alternándose. Siempre acompañado por su hija Ana Faustina, pidió que decoraran su habitación con jazmines y diamelas, las flores preferidas del gran amor de su vida Aurelia Vélez.
En su lecho de muerte y rodeado de sus familiares y de su hija Ana Faustina, entreabrió los ojos y con gran debilidad susurró: “Siento frío en los pies, el frío del bronce. Entonces, alguien abrigó sus pies; Sarmiento sonrió y murmuró:” Es inútil, el frío que siento es el de la muerte”.
A las 0:15 del 11 de septiembre de 1888, don Domingo viajó a la eternidad. Fue velado en Paraguay y el 20 de septiembre, trasladado a Buenos Aires, para su descanso definitivo.
Ya arribado al puerto, sus restos fueron llevados al Cementerio del Norte. El féretro estaba cubierto con las banderas de Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile, los cuatro países donde el ex presidente había vivido, y se lo depositó en la bóveda familiar.
Su amigo Carlos Pellegrini , lo despidió con sentidas palabras, diciendo:” Se va el cerebro más poderoso que haya producido la América toda”.


Bibliografía

*López, Vicente Fidel: Historia de la República Argentina, Tomo 6, Ed. Sopena, Año 1944
*Balmaceda, Daniel: Historias Insólitas de la Historia Argentina, Ed. Norma, Año 2008
*Zigiotto, Diego M.: Las mil y una curiosidades del Cementerio de la Recoleta, Ed. Norma, A.2009
*www.me.gov.ar/efeme/Sarmiento/biograf.html