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Asilo Umberto Primo
                                                                                                                                                 Por Susana Costa

Para 1904 la fisonomía del “nuevo pueblo” de Villa Devoto delineaba su perfil. Alrededor de la plaza se ubicaban la casa solariega de Don Antonio Devoto, la casona que su hermano Tomás había adquirido al Señor Ernesto Dellachá ,de la que solo se conserva la torre de agua, la mansión del Señor Onorio Stoppani, hoy sede de la administración del Hospital Zubizarreta y el chalet ingles de Don Bartolomé Devoto. Mister John Hall cultivaba orquídeas en su propiedad a pasos de la estación del FFCC Lacroze y su colección provocaba admiración .La urbanización seguía su curso y las grandes instituciones como la “Societá Italiana Tiro a Segno” , el Seminario Metropolitano y el Asilo San Vicente de Paul lucían sus magnificas construcciones. Las casuarinas que circundaban la plaza continuaban su crecimiento y el conjunto arbóreo se encaminaba a definir su propia identidad. Ese mismo año un importante hecho ocurre en Villa Devoto. Aprovechando la llegada a Buenos Aires del príncipe de la Corona Italiana, Luis de Saboya, Duque de los Abruzos , es colocada la piedra fundamental del Asilo Humberto Primo. Una noticia de la época relata:

“El martes por la tarde se trasladó a Villa Devoto el duque de los Abruzzos, quien debía actuar como padrino en el acto de colocación de la piedra fundamental del Asilo para huérfanos que mandará a construir el señor Antonio Devoto”. El tren especial que salió de Retiro a las 5, condujo a la comitiva oficial compuesta del presidente de la república, el duque, el conde Bottaro Costa y muchos otros invitados.
En la estación de Villa Devoto aguardaba a las personas una concurrencia numerosa. En carruajes se trasladaron todos a los terrenos donde se levantará el edificio. En una carpa construida ex profeso se realizó la ceremonia que alcanzó gran lucimiento , Monseñor Sabatucci tuvo a su cargo la bendición de la piedra fundamental, colocándose en un cofre medallas conmemorativas, monedas, etc. y el acta redactada sobre un pergamino y que lleva las firmas del general Roca, el príncipe Luis de Saboya,, el conde Bottaro Costa y señora, Monseñor Sabatucci, Antonio Devoto , señora Elvira Pombo de Devoto, C. Pombo de Piñero , doctores Ramón B. Muñiz, Alejandro Tedeschi, señor Tomás Devoto y señora y Bartolomé Devoto.
La madrina, condesa Bottaro Costa y el padrino, duque de los Abruzzos, echaron cada uno una palada de mezcla, pronunciando luego el señor Antonio Devoto un hermoso discurso en el que expresó la palabra pronunciando algunos párrafos que merecieron calurosos aplausos de la concurrencia y con los cuales puso de relieve la plausible iniciativa del señor Devoto, mostrándose satisfecho de dejar ligado su nombre a una tan importante obra. Luego de terminada la ceremonia en la carpa, pasó la concurrencia a casa del señor Devoto, donde fue servido un lunch, la señora Bottaro Costa recibió allí un valioso obsequio del duque de los Abruzzos, consistente en un espléndido prendedor de perlas y brillantes.
El señor Buschiazzo, autor de los planos para el futuro asilo, fue objeto de calurosas felicitaciones.”

Juan Antonio Buscchiazzo tendrá un lugar importante en la Villa proyectando la casa solariega de Antonio y el Asilo San Vicente de Paúl y su capilla además de haber participado en las numerosas transformaciones que sufriera la ciudad a finales del siglo XIX como el edificio del Banco Provincia, el museo Sarmiento y la entrada del cementerio de la Recoleta. Fue uno de los primeros propietarios de terrenos en Devoto adquiriendo en 1892 la manzana ubicada entre Nueva York, Concordia, Salvador María del Carril y Llavallol.

 

En la fotografía tomada en la ocasión, es destacable observar a Monseñor Sabatucci y el general Roca. Este hecho cobra importancia y jerarquiza el papel de Antonio Devoto en la sociedad argentina ya que las relaciones entre la iglesia y el gobierno de Roca, que se encontraban recientemente restablecidas luego que en 1884, el ministro de Justicia, Eduardo Wilde, depone al vicario general de Córdoba por sus opiniones contra la designación de maestras protestantes en la escuela para señoritas de esa ciudad.

En un discurso pronunciado por Antonio Devoto este decía (1)
“tras los muros de este lugar de fe dedicado a Uumberto I resonará eternamente bella y dulce la fabula de Dante y los tiernos huérfanos serán educados en el culto a la querida Patria italiana.”
La manzana Nro 190 ubicada entre las entonces Lisboa, Edinburgo, Rio de Janeiro y Valparaíso había sido adquirida por Don Antonio Devoto el 9 de febrero de 1904 según consta en escritura otorgada ante escribano Don José Torreguitar.

Impresiones de la República Argentina en el Siglo XX decía en 1913 en referencia a Devoto
“Recientemente ha hecho construir allí un amplio Asilo, que denomino Humberto I, en memoria del querido Rey, destinado a recoger, cuidar y educar los huérfanos de italianos, formando con ellos elementos sanos y útiles a sí mismos y a su país. Este Asilo fue construido, y es costeado, con su peculio particular, y en la dirección del mismo, ha repartido con su distinguida esposa, las arduas y simpáticas tareas, que implican las diversas atenciones de esta obra filantrópica, la cual cobija hoy bajo su techo a más de una centena de niños de ambos sexos. Con motivo de la colocación de la piedra fundamental de este Asilo, el Señor Devoto tuvo la exquisita habilidad de reunir con las altas autoridades del país, al Vaticano y al Quirinal, representados, respectivamente, por Monseñor Antonio Sabatucci y por el Duque de los Abruzos, el primero para bendecir la benéfica obra que allí surgiría, y el segundo para apadrinarla.”

En 1908 Don Antonio Devoto y su esposa solicitan al internuncio de Argentina, Monseñor Achille Locatelli el envío de monjas Vicentinas italianas para atender a los pequeños que allí se alojarían. Al no contar esta congregación con hermanas disponibles para ser enviadas a nuestro país , será Mons. Locatelli en proponer a las hermanas de la Virgen Niña. La madre general de la congregación, Angela Ghezzi, acepta el ofrecimiento y solicita la opinión de Su Santidad Pio X , quien el 29-10-1908 aprueba y bendice el viaje. En marzo de 1909 un grupo de hermanas se dirigen a Génova para emprender el viaje a Argentina a bordo de la nave de la corona italiana Principessa Mafalda y desembarcan en Buenos Aires el 18 de abril de 1909 donde las esperaban Monseñor Locatelli y don Antonio Devoto y su esposa Elina.

El Asilo, que comenzará a funcionar ese mismo año , será el único edificio que fuera donado y mantenido por Don Antonio hasta su muerte y la obra continuó hasta la década del 50. Un acuerdo inicial con la Sociedad de beneficencia Italiana, establecía que Don Antonio donaría el terreno y las instalaciones y que luego del periodo inicial la Sociedad mencionada debería hacerse cargo de la manutención de los pequeños . Al no ser respetado este acuerdo será Don Antonio el que asistirá a los niños internados hasta su fallecimiento para continuar su esposa con esta obra. Elina Pombo de Devoto fallece en 1923 y sus herederos donarán el hogar al Patronato de la Infancia. El 1 de agosto de 1924 , las hermanas de la Misericordia se harán cargo de los niños.

El edificio se encontraba dividido en sector de niñas y sector de varones. En la planta baja funcionaba la administración, la sala de espera y el escritorio de la hermana Superiora. Todos los niños recibían educación primaria. La sección varones contaba con un salón comedor, guardarropas, 3 aulas equipadas con bancos, pizarrones, escritorio del docente y sillas. Los niños recibían clases de encuadernación. Los dormitorios se ubicaban en la planta alta, los cuatro asignados a los varones se encontraban equipados con camas, mesitas de luz y un banquito para cada niño. A juzgar por la cantidad de camas existentes el internado podía cobijar, en 1923, hasta 70 varones. También en la planta alta se encontraba la enfermería con dos cuartos destinados a la atención de niños enfermos y un cuarto de ropas. En cuanto a las niñas en la planta baja tenían su comedor, su guarda ropas y 3 aulas equipadas para recibir en ellas sus clases. Acudían además a un taller de bordado que se encontraba equipado con sillas ,mesas y maquinas de coser. Los dormitorios de las niñas, ubicados en la planta alta, eran cinco, con igual equipamiento que los de los varones y con una capacidad para albergar a 78 niñas. El edificio contaba con una capilla con su altar y 40 reclinatorios , sacristía con su reclinatorio y útiles destinados al culto. Los servicios, despensa, cocina, antecocina y lavadero estaban ubicados en la planta baja del edificio. Las religiosas ocupaban un departamento en la planta alta con comedor, dormitorio, salita y guardarropas. El asilo, cuya entrada se encontraba en la calle Lacar 3550 , dejará de ser mixto para convertirse en un internado de varones y es la sucesión de Elina Pombo quien se hace cargo de la manutención de los internos manifestando su intención de donar las instalaciones al Patronato de la Infancia El 28 de noviembre de 1928 el Doctor Cullen, presidente del Patronato, manifiesta en una Reunión de la Comisión Directiva que ha tenido contactos con el representante de la Sucesión de Elina Pombo para conocer el estado de los trámites que se deben efectuar para realizar la donación la cual es aceptada por el patronato.

En el año 1929 el asilo pasa a manos del Patronato de la Infancia por una donación de los herederos de Elina Pombo de Devoto, Daniel Pombo, Hermenegilda Pombo de Rodríguez, Carolina Pombo de Barilari y los hijos de Jovita Pombo de Gómez, obligándose los 3 primeros a pasar una mensualidad de 1000 $ m/n mensuales para el mantenimiento del asilo mientras vivan, donación que es aceptada y se acuerda la fecha para realizar las escrituras y efectuar el traspaso. La familia Pombo solicita al Patronato que la institución pase a llamarse “Instituto Antonio Devoto y Elina Pombo de Devoto”. El escribano Dr. Damaso Salvatierra es el encargado de realizar la escritura.

Producido el traspaso se nombra una Comisión de supervisión del Asilo de Villa Devoto que estará integrada entre otros miembros por la Sra. María Luisa Devoto, hija de Don Bartolomé Devoto quien formaba parte de la Comisión Auxiliar de Damas del patronato Su madre ,la su señora Madre, Juana González de Devoto , será distinguida como Socia Honoraria el 15-05-1929 en merito a sus reiteradas donaciones, entre ellas la de 10.000$ m/n destinados a costear las vacaciones de los niños en Mar Del Plata .

En agosto de 1929 el patronato se hace definitivamente cargo del asilo y encaran obras de refacción de las instalaciones para satisfacer el creciente pedido de vacantes. La junta inspectora presenta un presupuesto de sueldos que se mantendrá hasta fines de 1929

9 HERMANAS $ 50 CADA UNA
1 Capellán $ 200
1 Medico $ 100
3 maestras $ 130 cada una
1 maestro de primaria $ 100
1 MAESTRO DE ENCUADERNACIÓN $ 100
1 celadora $ 60
1 cocinera $ 100
2 ayudantes de costura $ 60 cada una
1 lavandera $ 50
1 quintero $ 60 con casa y comida
1 jardinero $ 80

En marzo de 1929 se realiza el adoquinado de las calles circundantes al Asilo y la familia Pombo informa que el costo del mismo asciende a $m/n 87.185.74 y el Patronato acepta una donación por parte de la sucesión de $ m/n 30.000 para solventar el gasto resolviendo además el 08-05-1929 designar como benefactores de la institución a los señores Daniel, Hermenegilda y Carolina Pombo y a los hijos de Jovita Pombo.

Según los registros de las hermanas de la Misericordia ,en el Asilo se impartían 11.000 comuniones al año y en reiteradas oportunidades los niños concurrían a la capilla de las Hermanas .donde cantaban en el coro. Las religiosas estuvieron a cargo del establecimiento hasta que el 23 de diciembre de 1953 un cortocircuito desató un incendio provocando la destrucción del internado . La hermana superiora , Leocadia Arana , junto con el resto de las religiosas pusieron a salvo a todos los niños siendo asistidos en la Casa Provincial de la Congregación. Relata el libro de Memorias (2)  de las Hermanas de la Misericordia que una vez desatado el incendio y puesto a salvo a los pequeños, luego de contarlos comprendieron que uno de ellos no estaba y una hermana entro al edificio en llamas y encontró a un pequeño sofocado por el humo escondido debajo de su cama pudiendo rescatarlo antes que el edificio de madera se derrumbara. Las hermanas y los niños fueron asistidas por el servicio de los bomberos, policías y vecinos. En ese momento el asilo albergaba a 250 niños, pero como se trataba de un periodo vacacional en el instituto solo se encontraban 125 menores. Los niños fueron distribuidos en otros establecimientos pertenecientes al Patronato de la Infancia que posteriormente aceptó recibir de la aseguradora la suma de $ 174.560 para luego llamar a licitación para remover los restos y poner en venta los terrenos de Villa Devoto. Testigo mudo del incendio la estatua de Antonio Devoto inaugurada el 7 de febrero de 1928, obra del escultor italiano obra de Arnoldo Zocchi, permaneció inmutable por muchos años tal vez añorando a los niños que tantas veces habían jugado a su alrededor esperando ser transferida a algún lugar más adecuado. El monumento se encuentra hoy en el centro de la Plaza Arenales

(1) Antonio Devoto pronunció el discurso en la inauguración del asilo en su lengua materna
(2) Libro de Memoria 1 , pagina 46 Hermanas de la Misericordia

Bibliografía
• Caras y Caretas, febrero 1904
• Sucesión Elina Pombo de Devoto
• Antonietta Prevedello- L’instituto delle Suore di Caritá - Emiliana Editrice- Venezia 1931
• Carrraro M. , Maciotti A. El Instituto de las santas Bartolomea Capitanio y Vicenta Gerasi -
  Historia . Vol 1
• Libros de actas Patronato de la Infancia.